Saturday, March 31, 2018

IGUALDAD NO ES JUSTICIA SOCIAL

Hay quienes creen que en América Latina y el Caribe, lo que se requiere es igualdad social. Eso es del todo cierto. Igualdad no significa justicia social. Igualdad significa que todos tengan las mismas condiciones, pero no necesariamente, las mismas oportunidades. América Latina es una de las regiones más desiguales del planeta, pero también, hay desigualdades entre los ricos y los pobres. Por ejemplo, las mujeres reclaman igualdad de condiciones y los grupos sociales minoritarios reclaman lo mismo. Aparentemente se trata de “justicia”, pero la realidad es distinta.
En la década del 60 del siglo pasado, surgió lo que luego se llamaría el movimiento “hippie” que básicamente era un estilo de vida contrario a las normas establecidas en esos tiempos. Fue un movimiento contracultural que reclamaba igualdad de condiciones para hombres y mujeres. Este movimiento fracasó por varias razones, siendo la principal, exigir un estilo de vida donde la mayoría no estaba de acuerdo con ellos.
En los tiempos modernos, se vive algo parecido con las minorías sociales. Por ejemplo, el autollamado movimiento “gay” (vocablo inglés para nombrar a los homosexuales con una menor carga objetiva). Una minoría que busca imponerse a la mayoría. Lo que en sociología se conoce como la tiranía de las minorías. Lo mismo se puede decir de las religiones y partidos políticos.
La realidad social presenta otra situación. Se exige que los pobres tengan las mismas condiciones que los ricos. Si el lector recuerda, por citar un caso, cuando en 1969 se estableció la reforma agraria en el autodenominado “gobierno revolucionario de las fuerzas armadas” que presidía el Gral. EP Juan Velasco Alvarado en Perú, se nacionalizaron las tierras (expropiaron) de los gamonales y terratenientes para dárselos a los trabajadores.
Les había tocado a los trabajadores dirigir ahora las haciendas y grandes terrenos agrícolas. Todos tenían las mismas condiciones, pero cómo los trabajadores no sabían cuestiones técnicas de cómo administrar las haciendas y tampoco cómo gestionar con éxito la producción agrícola, el sistema fracasó, dando lugar al estancamiento de la economía peruana. ¿Qué pasó? Todos tenían ahora las mismas condiciones.
Entonces, podemos deducir que no sólo basta las mismas condiciones, sino también la de oportunidades adecuadas.
Entender que igualdad no necesariamente es justicia social. Una figura cómica aclara la situación. Todos los animales tendrán las mismas condiciones y se pide al elefante, mono, lagarto, león y rinoceronte que suban a los árboles. Todos tienen las mismas condiciones y hasta oportunidades, pero sabemos que sólo el mono podrá hacerlo con precisión.
Sólo la justicia social podrá prepararnos para afrontar con éxito los diversos fenómenos sociales que demandan los tiempos modernos. Igualdad social no necesariamente es justicia social.
Urge equipar a los pobres de las herramientas necesarias para afronta con éxito las desigualdades y la pobreza. Eso se logra con una educación de calidad en todos sus ámbitos.
FIRMADOS Nro 226
Lima, marzo 2018

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