El
liderazgo supone compartir todo: sueños, ideas, propuestas, iniciativas,
cargas, visiones, disciplinas y vida. El liderazgo no es optimismo, positivismo
o activismo. Se puede tener esos recursos o dones, pero no ser un líder. Compartir
no es fácil. Se habla algunas veces de una visión compartida, pero muchas veces
eso no se cumple en la práctica. Se requiere una buena dosis de desprendimiento
para compartir un ideal; y decimos que no es fácil, porque el corazón del ser
humano muchas veces tiende hacia el egoísmo. Queremos tener las cosas para
nosotros o estar siempre al frente. Preferimos ser cabeza de ratón y no cola de
león.