Se afirma
que una persona prudente es sabia. Efectivamente esa frase es una gran verdad. Sólo
las personas sabias saben tener a la prudencia como un estilo de vida. Son
reservadas, evitando chismes y murmuraciones. A veces he
sentido la presión de otras personas de actuar como ellas lo hubiesen hecho
ante determinadas circunstancias. Generalmente, las personas esperan que todos
actúen bajo un “espíritu de cuerpo”, basado más en la amistad que en los
principios y valores. Muchas veces se defiende a las personas a pesar de sus
errores y faltas éticas, sólo por el “amiguismo” y no porque es la verdad.