Algunos
dicen que la Navidad es Jesús y celebran a lo grande ese acontecimiento,
reventando una variedad de cohetes y otros fuegos artificiales, que el argot popular ha bautizado con los nombres de “silvadores”, “rata blanca”, “cuetecillos”,
rascapié (para aquellos que peinan canas) y “mamá rata”, entre otros. Hay quienes piensan que la Navidad es una fiesta para los niños y por eso compran y regalan
juguetes y ropa nueva; cantan villancicos y terminan con una opípara cena de pavo o lechón. Faltaría agregarle el chocolate caliente y el tradicional panetón,
ese delicioso bizcocho con pasas y frutas confitadas.