Colombia
ratificó de esa manera, su liderazgo como el país con mejor entorno para
desarrollar las microfinanzas y la inclusión financiera en el mundo, según el
Microscopio Global 2019. Colombia ya ostentaba esa posición desde 2017 cuando
compartió el primer lugar con el Perú. Precisamente, el Perú ocupa
nuevamente la segunda posición, luego de haber liderado en el mundo desde 2008
al 2017, donde el último lo compartió con Colombia. El país cafetero posee el
44.4% de pobreza, pero, aun así, debe seguir mejorando la educación e inclusión
financiera.
En
ALC, el nuevo escenario revela que, en estos tiempos de post pandemia, los programas
de inclusión económica y financiera sólo llegan al 10 % de las personas más
pobres del mundo y de cada 10 emprendimientos, sólo sobreviven 8 en el primer
año de funcionamiento. Eso significa que los esfuerzos de inclusión financiera
(también social) no están llegando adecuadamente a los verdaderos
destinatarios. En el caso peruano, la industria ha sobrevivido gracias al
esfuerzo de algunas instituciones del sector privado como las cajas municipales
de ahorro y crédito (CMAC).
El
gobierno peruano hizo un esfuerzo con los programas “Reactiva” para cada
sector, pero el dinero nunca llegó a los verdaderos emprendedores, pero sí a
las grandes empresas, algunas de ellas hasta corporativas. La inclusión fue
ineficaz para los más necesitados, especialmente al casi 30% de pobres, según
el Instituto Nacional de Estadística e Informática.
PANORAMA MUNDIAL
Pero
en el mundo la situación es casi similar. Las investigaciones del Banco Mundial
concluyen que los programas de inclusión económica sólo llegan a una de cada
10 personas que viven en la pobreza extrema. Se entiende que un programa
no sólo proporciona transferencia monetaria, sino capacitación en habilidades
para emprendedores, capital de trabajo y asesoría para tener mayor acceso al
mercado.
Según
el informe “The State of Ecomomic inclusión Report 2024: Pathways to Scale”
del Banco Mundial, se indica que aproximadamente 70 millones de personas que
viven en extrema pobreza de un total de 700 millones, en 88 países, se
beneficiaron de los programa de inclusión. Esta realidad ha permitido una nueva
configuración en las microfinanzas mundiales, especialmente en el ámbito de las
mujeres emprendedoras.
Pero
no olvidemos que un programa de inclusión financiera es clave para fortalecer
la inclusión social que es la base del desarrollo de una nación. Hay un gran
impacto en la seguridad alimentaria, el consumo y los ingresos.
Recientemente,
en la Cumbre del G20 (Grupo integrado por 19 países y dos organismos
regionales: La Unión Africana y la Unión Europea) que se realizó en Río de
Janeiro, después de la Cumbre del APEC en Lima, se fortaleció la “Alianza Global
contra el Hambre y la Pobreza” con el apoyo de los líderes mundiales y
organizaciones internacionales. En una declaración histórica, los líderes de
este selecto grupo se comprometieron a gravar a los multimillonarios y combatir
las desigualdades sociales y tomar medidas climáticas. Tres países
latinoamericanos integran el G20: Brasil, México y Argentina.
El
gran desafío para el G20 es llegar a beneficiar a 500 millones de personas,
mediante la aplicación de medidas de protección social para el 2030. Esto
significa apoyar a 250 millones de mujeres en esos programas. Es un gran reto
para las microfinanzas de estos países. No olvidemos que este grupo también está
integrado por la Unión Europea, Estados Unidos, China, Japón, Rusia, Francia,
india y Canadá, entre otros, la mayor parte son miembros del APEC.
El
panorama en América Latina y el Caribe es desolador, no obstante, algunos
lentos avances. Hasta el año 2023, una de cada cuatro personas vive con menos
de US$ 6.85 por día. Eso significa que la pobreza en la región ha caído a su
punto más crítico en el presente siglo. Las desigualdades sociales son
abismales y notorias. El escenario ha cambiado y sigue esa tendencia. En
términos generales el ritmo lento de reducción de la pobreza que se registra
desde 2016, refleja los bajos niveles de crecimiento económico de la región.
El
informe de “Tendencias Recientes de Pobreza y Desigualdad para América
Latina y el Caribe 2024”, también del Banco Mundial, revela estadísticas
escalofriantes. El estudio considera factores claves como tendencias
macroeconómicas, pobreza, desigualdad, calidad del empleo y otros que resultan
cruciales para entender los grandes desafíos que hoy enfrenta la región. Se
espera un crecimiento económico modesto para 2024, que resultará en una ligera
reducción de la pobreza en la región. Según el Banco Mundial la tasa de
pobreza regional bajará a 24.7%.
En
el ámbito de los empleos, la región ha mejorado ligeramente, pero se mantiene
sin variación en Argentina, Bolivia, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay. Existe una
significativa brecha de género en la calidad del empleo a lo largo de ALC. En
todos los países las mujeres sufren peores condiciones laborales que sus pares
varones. Los países que presentan las brechas de género más grandes en
este ámbito son Perú, Ecuador y Bolivia.
En
el caso de México, la meta de la política nacional de inclusión financiera es
cerrar el 2024 con el 77.2% de personas que tengan, por lo menos, algún
producto financiero, mientras que el 55.6% de su población está considerada
como pobre. En Argentina, el 52.9% de la población es pobre, pero la paradoja
es que es un país que está creciendo en inclusión financiera. El 72% de los
adultos mayores de 15 años posee una cuenta bancaria.
Si se trata de microfinanzas puras los países
que actualmente lideran son Colombia, Perú, Uruguay y México. Esos países
consideran la transformación digital en las estrategias que desarrollan como
industria microfinanciera.
Sin
embargo, naciones como India, Filipinas, Indonesia, Ruanda, China, Sudáfrica, Tanzania
y Zambia han mejorado notablemente. En África, una nación que emerge, gracias
al impacto de las microfinanzas es Zambia, donde un programa de inclusión
económica para mujeres permitió que el consumo y las ganancias de las empresas
aumentaran un 19 % y un 45 %, respectivamente en un primer año de
funcionamiento. En Níger, gracias a un programa, el consumo aumentó un
15 % y los ingresos comerciales de las mujeres se duplicaron.
En
el mundo hay diversos foros o cumbres internacionales donde se comparten
experiencias e intercambian ideas o conocimientos en microfinanzas. Estos
“centros globales de entrenamiento” para conocer las finanzas regionales son
las Asambleas Anuales de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN),
Foros Interamericanos de la Microempresa (FOROMIC), Banca minorista en América
Latina (GRULAC), BID Lab Forum, Cooperativas de las Américas (ACI Américas),
Asambleas de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el
Desarrollo (ALIDE), y últimamente las cumbres SUMMIC que ya se realizaron en
Lima (Perú) y San Salvador (El Salvador).
En
el Perú, la FEPCMAC siempre ha liderado las cumbres microfinancieras anuales
como el Seminario Internacional de Microfinanzas (SIM) y el Congreso
Internacional de Microfinanzas (CIM). Otras instituciones son la Asociación de
Bancos del Perú, ASOMIF, PROMUC y certámenes de finanzas populares y economía
solidaria.
FIRMADOS № 267
Lima, noviembre 2024
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