En el ámbito de la industria
microfinanciera, la capacitación continua es fundamental para perfeccionar
tecnologías, metodologías, estrategias y procesos. Por la complejidad de esta
herramienta de carácter social y los constantes cambios que trae consigo el
proceso de globalización, especialmente en el rubro del desarrollo económico,
es muy importante el entrenamiento de las personas que laboran en las IMF.
Es necesario seguir mejorando los
servicios que se brindan a la micro, pequeña y mediana empresa, pero también
perfeccionar las metodologías que se utilizan al interior de la industria
microfinanciera peruana.
La tecnología crediticia exige
cada vez nuevos patrones de acuerdo con la actual realidad nacional, pero al
mismo tiempo acorde con los estándares internacionales. Éstas responden a
necesidades del mundo contemporáneo como nación emergente, cuya economía crece
cada día más, pero al mismo tiempo mantiene tendencias de exclusión social en
zonas urbano-marginales de la costa y en comunidades rurales de la sierra y
selva.
La competitividad demanda también
mayor capacitación especializada en los cuadros gerenciales en materia de
gestión empresarial, controles internos, administración de los riesgos
empresariales, gobierno corporativo y reputación organizacional. Esta
competencia debe comprometer a los directorios, gerencias, jefaturas y personal
en general.
Para afrontar la creciente
competitividad empresarial del siglo 21, urge que las organizaciones
microfinancieras estén preparadas para asumir los cambios necesarios en los
servicios y productos que brindan. Se sabe que el mayor bien preciado en estos
tiempos es el conocimiento, y si éste está acorde con los cambios que se
producen en el mundo, mejor aún.
Desde esta perspectiva, es
importante invertir en el entrenamiento que requieren las personas que laboran
en las instituciones microfinancieras. Un facilitador o analista capacitado
estará en mejores condiciones para evaluar un crédito, y un gerente actualizado
también lo estará cuando tenga que tomar un decisión a favor de la organización
microfinanciera.
Por el lado de los directores,
éstos si bien es cierto representan a diversas entidades públicas y privadas,
con el debido entrenamiento podrán estar en condiciones de entender lo que
significa industria microfinanciera en el Perú. Es lamentable que existan
directores de IMF que desconozcan el rol social de las microfinanzas, y crean
sólo que se trata de un negocio financiero. Es cierto que es un negocio
financiero, pero también es una herramienta de desarrollo social. Esa es la
función que la diferencia de los bancos comerciales. De ahí la importancia del
gobierno corporativo.
El entrenamiento nunca será un
gasto, sino una inversión de gran sentido social. Por cierto que se corre el
riesgo que una persona entrenada puede migrar a otra institución financiera por
un mayor incentivo económico, de ahí la necesidad que suscribir
cartas-compromisos que vinculen por algunos años al beneficiado con la
institución que financió su capacitación. Cuando los bancos comerciales (con la
excepción de Mibanco) decidieron ingresar al segmento de las microfinanzas, no
fue ético que algunos altos ejecutivos entrenados por las IMF, se incorporen a
entidades bancarias que nunca financiaron su capacitación.
Sin embargo, a pesar de algunas
complicaciones y limitaciones que puedan presentarse en el camino el
entrenamiento no sólo capacita y especializa a las personas, sino que también
lo motiva a superarse en el trabajo que realiza cada día.
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Es necesario seguir mejorando los servicios que se brindan a la micro,
pequeña y mediana empresa.
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FIRMADOS Nro 181 / Lima, julio 4, 2013
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