Thursday, July 31, 2008

UN PRESIDENTE EN LA IGLESIA EVANGÉLICA

El miércoles 30 de julio, las principales autoridades gubernamentales, incluyendo al presidente Alan García Pérez, participaron por tercer año consecutivo en la “Ceremonia de Acción de Gracias” por motivo del 187º aniversario de la independencia de Perú que organizó el Ministerio de Acción de Gracias que preside el reverendo Miguel Bardales.

La presencia de las autoridades refleja que el país goza de tolerancia religiosa y que la comunidad cristiana evangélica (12.5% de la población peruana) se ha constituido en un importante sector que aporta al desarrollo social y contribuye con el debate y reflexión de los principales problemas nacionales que aquejan a Perú.

Como reloj suizo, el presidente García llegó a la iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Pueblo Libre, acompañado de su esposa Pilar Nores y el canciller José García Belaunde. Previamente ya estaban en las instalaciones de la iglesia, los ministros de Justicia y Culto (Rosario Fernández), Trabajo (Mario Pasco Cosmópolis) y Ambiente (Antonio Brack), así como congresistas, alcaldes y embajadores. La congresista y líder del Partido Aprista Peruano, Mercedes Cabanillas fue una de las primeras en llegar a la iglesia.

El periodista Reynaldo Aragón Gutiérrez fue el maestro de ceremonias. Su experiencia en diversos foros nacionales y extranjeros fue la herramienta que Dios usó para dirigir el protocolo, que en estos casos se estila ante la presencia de altas autoridades gubernamentales. También fue el responsable de coordinar la cobertura con los medios de comunicación, asistido de la periodista Andrea Castro. Ambos, aparte de trabajar para diversos medios de comunicación, también están involucrados con el ministerio cristiano en los medios de comunicación.

Más de 2,000 personas, una veintena de cámaras de televisión y unos 40 periodistas, fueron testigos de la impresionante presentación del coro interdenominacional de más de cien voces que entonó “El Mesías” del alemán Jorge Federico Hëndel. Sopranos, contraltos, barítonos y tenores prolongaron el “aleluya” que estremeció a más de una persona. El presidente brazos en alto saludaba a la concurrencia, recordando tal vez, los “balconazos” de su primer gobierno. Después de cada presentación musical, los asistentes quedaban atónitos, mientras otros aplaudían la osadía del coro por parecerse a los ángeles. Por cierto que el coro era dirigido por María Isabel Zacnich, una de las pocas directoras corales que hay en el país.

Miguel Bardales, quien habló en nombre de la comunidad evangélica, agradeció el privilegio de ser peruanos, enfatizando que no obstante el desarrollo económico, la nación debe agradecer a Eterno, razón por la cual todos cantaron la última estrofa del Himno Nacional, evocando al “Dios de Jacob”, que estuvo presente ese día.

Después que el pastor Maximiliano Val pronunciara la oración invocatoria, el reverendo Víctor Torres dirigió los cánticos congregacionales “Al que es Digno” y “Te daré lo mejor”. Antes que el reverendo Javier Cortázar realizara la reflexión bíblica, la congregación y el coro entonaban “Oh tu fidelidad”. Los periodistas al notar que el presidente y su séquito también cantaban siguiendo las estrofas expuestas por los video-proyectores, también pensaron en las frases: “me guías por sendas de paz” y “oh tu fidelidad, cada momento la veo en mí”.

Una periodista tenía los ojos vidriosos sólo por cantar ese himno. Los colegas varones estaban callados y algunos prefirieron no transmitir sus despachos en esos momentos. Más de uno se quedó pensando, no en el desarrollo de la noticia, sino en lo que representaba ver a centenares de personas que cantaban y alababan con alegría. El presidente y sus autoridades pasaron a segundo plano. Otro tipo de información era captada por los hombres de prensa.

Javier Cortázar calificó de histórico el culto de acción de gracias. Sin embargo, enfatizó que debería institucionalizarse en el país, tal vez como ocurre en los Estados Unidos o Chile. Se meditó en Éxodo 3:2-6. Se habló del liderazgo que Dios usa para bendecir una nación y cómo él acude al auxilio del líder cuando pone toda su confianza en el Creador. Reveló que el Perú requiere de líderes y de liderazgos en todos los ámbitos del quehacer humano.

El relato bíblico alude a la experiencia en el liderazgo del patriarca Moisés. El tenía el llamado de Dios y asumió con entusiasmo y sabiduría su liderazgo entre los hebreos, no obstante su pasado egipcio. El expositor hizo un parangón con la realidad actual, cuando mencionó que muchos peruanos se sienten víctimas de su historia. Dios nos enseña que no nos conformemos. Cortázar dijo que la visión de Dios está en el futuro y no en el pasado, por más glorioso o difícil que haya sido. Probablemente esta frase animó al presidente Alan García que escuchaba con suma atención la predicación.

Afirmó que el Todopoderoso levanta líderes ante la necesidad de su pueblo y que los pueblos que abrieron la Biblia fueron siempre bendecidos con prosperidad. Concluyó revelando que el desarrollo económico no sirve de nada si no hay un desarrollo humano, y eso sólo se logra cuando Cristo transforma el corazón de las personas.

Al concluir la reflexión, el reverendo Wilson Chávez oró por las autoridades gubernamentales, pidiendo al Altísimo que permita darle al presidente “un corazón entregado a su pueblo”. Cuando terminó la oración, el reverendo Miguel Bardales, acompañado por los miembros de la comisión organizadora, entre los que estaban los pastores, Pablo Correa Fernández, Luis Camogliano Caycho, Alicia Estremadoyro, entre otros, realizó la bendición pastoral y agradeció al presidente.

Raudamente, el personal de seguridad cercó a los periodistas para evitar que se acerquen al mandatario, quien subió a su vehículo y se perdió por la avenida Brasil. Lo propio hicieron los congresistas, ministros y otras autoridades. Algunos de ellos ofrecieron declaraciones al periodismo, pero ninguno habló acerca de la profunda reflexión que causó en ellos la Palabra de Dios.

Al final, cuando todos ya se habían retirado, el conserje de la iglesia dijo al cronista: “chau hermano”, como suele hacerlo siempre con cualquier creyente.

FIRMADOS Nº 067
Lima, Julio 31, 2008

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