El tema de
la denominada "ideología de género" sigue en el tapete público. Ayer
escuché una entrevista a la exministra Marilú Martens y la entrevistadora le
preguntaba por la "igualdad de género" y ella contestaba que siempre
han trabajado por la igualdad de
oportunidades.
En la misma
emisora (RPP), que todos sabemos tiene un grupo de narradores y presentadores
de noticias que manejan una agenda progay (con las honrosas excepciones de los
periodistas Mónica Delta, José María "Chema" Salcedo y Raúl Vargas
que son objetivos), entrevistaron sobre el mismo tema a la nueva presidenta del
Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz. (A propósito, el Perú no tiene premier,
jefe de gobierno o primer ministro, sólo tiene presidente del Consejo de
Ministros).
La flamante
presidenta del Consejo de Ministros afirmó que ello es política de Estado y que
el nuevo ministro de Educación (Idel Vexter) deberá continuar con ese proyecto.
La entrevistadora quedó contenta porque apoyaron su concepción.
El tema
vuelve a generar controversias, pero CONFUSIÓN adrede. Les preguntan por la “igualdad
de género” (léase “ideología”) y contestan con la igualdad de oportunidades,
sabiendo que ambas concepciones son dos cosas distintas.
Permítanme, hacer
una breve explicación en mi calidad de haber sido asesor de prensa de la ex congresista
Rosa María Venegas, promotora de la LIO (Ley de Igualdad de Oportunidades),
norma que apoyo plenamente. La ley permite que hombres y mujeres tengan las
mismas oportunidades en todos los ámbitos. Muchas veces, por el mismo trabajo
que realizan, la mujer gana menos que el varón. También el varón tiene
oportunidades para alcanzar determinados puestos que la mujer lo puede
desarrollar de igual manera e incluso, mejor. La LIO genera las oportunidades
para ambos sexos y está vigente. Es la Ley № 28983, aprobada como Ley de
Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres y data del 15 de marzo de 2007.
MAL GUSTO
También es
de mal gusto por parte de la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes
Aráoz, exigir que el nuevo ministro de Educación, Idel Vexter de seguir con las
políticas anteriores, precisamente, cuando cerca del 80% de la población
peruana ha desestimado estas acciones y ha sido la principal causa de la salida
de la ex ministra Martens. No es tanto, el trato con la huelga magisterial,
sino por su postura intransigente de imponer un gusto y preferencia sexual de
una minoría, sobre la mayoría. Debemos ser muy objetivos en el tema, aunque no
nos guste el asunto. El hecho que algunos representantes de organizaciones
internacionales, dos o tres congresistas y uno que otro periodista promocionen
estas concepciones, no significa que eso es correcto. Por lo menos, en la
actualidad no tiene cabida en la concepción popular. Tal vez, más adelante.
Dejemos que
el ministro Idel Vexter trabaje, y como bien dijo, haga los “ajustes necesarios”
y no le impongamos que insista en algo que el pueblo ha rechazado en las
calles, y no solamente las iglesias católica y evangélica, sino gremios y
destacados conciudadanos. Lo que siempre
digo. Cada uno es libre de hacer de su cuerpo lo que quiera, pero eso de
imponerlo a la mayoría y que ella la acepte, es violar uno de los principales
derechos humanos, que es el de libre pensamiento, conciencia y opinión. No podemos
aceptar que desde las escuelas se promocione conductas que sólo les compete a
los padres con respecto a sus hijos mejores.
No hagamos
pasar gato por liebre. Una cosa es la llamada “ideología e igualdad de género”
y otra es la igualdad de oportunidades. No confundamos papas con camotes.
FIRMADOS № 216
Lima, 19 de
setiembre de 2017.
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