Es muy importante a conocer a nuestros colaboradores en
todas sus facetas, no solamente en la parte laboral, sino con respecto a sus
principios éticos, porque ello tendrá un impacto en la reputación de la
institución.
Mediante estudios, test y entrevistas se puede conocer
algunos detalles de la persona que trabajará en la organización. Las virtudes y
cualidades de las personas determinarán la actitud que tendrá frente al nuevo
equipo laboral y también a los retos que deberá asumir.
Toda persona es una “caja de sorpresas” y quienes evalúan su
ingreso a la organización deberán tener presente este pequeño detalle. También
este criterio es válido para las personas que ya están en las organizaciones y
que están postulando a un nuevo puesto laboral. Tener poder o autoridad,
implica también, tener una gran responsabilidad.
Asimismo, los jefes deben conocer el potencial de sus
colaboradores para asignarles tareas específicas y colocarlos en los puestos
adecuados. Muchas veces, la producción laboral de una organización es limitada
porque en los puestos claves no están las personas claves. Un puesto responde a
un determinado perfil y no todas las personas tienen el perfil para
determinados puestos.
Por ejemplo, una persona puede ser muy competitiva en el
puesto donde opera, pero nombrarlo como jefe supone que debe trabajar ahora con
personas y muchas veces, un “excelente” operario no necesariamente es un buen
jefe. Hay casos, donde también el liderazgo no parte de la jefatura, sino de un
colaborador clave que no tiene responsabilidad de jefatura. Sus dones
personales (actitudes) le permiten influenciar en el resto del equipo.
En realidad, las personas son el recurso más importante que
tienen las organizaciones. Walt Disney decía: “Se puede soñar con crear,
diseñar y construir el lugar más maravilloso del mundo, pero para convertirlo
en realidad se necesitan personas”.
¿Por qué las personas son las más importantes? Sencillamente
porque de ellas depende el crecimiento y desarrollo de las instituciones. Para
alcanzar las metas, lograr los objetivos, superar los desafíos o resolver los
conflictos, se necesitan personas dispuestas a seguir las metas trazadas, plan
estratégico o visión empresarial.
Cada persona tiene su propia visión y expectativa. Su
proyecto de vida no necesariamente será el mismo que el de la organización
donde trabaja. Es más, el proceso de globalización que vive el mundo, el
desarrollo de las tecnologías de la información y la modernidad de la vida nos
cambia la vida de período en período. Antes nuestros padres se jubilaban en sus
primeros empleos, ahora no es así. Cada persona tiene que reconvertirse
laboralmente en cortos períodos de tiempo. Todo ello afecta a la vida de las
personas.
De ahí que es importante conocer a las personas. Además, no
todas son iguales, ni todas responden por igual ante determinada situación. Se
tiene que ser muy sabio para trabajar con personas.
Se supone que el jefe es una persona que tiene
la autoridad, pero también el liderazgo en la dependencia donde se trabaja. Es
la persona que debe conocer mejor a todo su equipo, debe saber transmitir
confianza y no necesariamente debe saber todos los procesos del desempeño
técnico.
FIRMADOS Nro 178 / Lima, 1 de mayo de 2013.
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