A escasos días de las elecciones generales en el Perú, la participación de los ciudadanos evangélicos en las diversas tiendas políticas está generando buenas expectativas por un lado, y serias controversias por el otro lado.
Como es usual en todo proceso electoral, hay quienes apoyan a tal o cual candidato, pero rechazan a otros. La denominada “guerra sucia” también ha llegado a ciertos púlpitos o congregaciones cristianas, especialmente lideradas por creyentes que tienen concepciones ideológicas de la izquierda de los años ochenta. Aquella ideología muy cercana al totalitarismo albanés cuando aún la “Cortina de Hierro” separaba al mundo en dos hemisferios políticos y existían la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), las dos Alemania (República Federal y República Oriental, ambas separadas por el histórico muro de Berlín) y el viejo líder comunista Mao Tse Tung gobernaba China con su famosa cinco tesis filosóficas.
Con el fenómeno de la perestroika, todo ello cayó en los años ochenta. La perestroika fue un proceso de reformas basado en la reestructuración del Estado y de la economía en los países de orientación comunista. La inició Mijaíl Gorbachov en la URSS y luego fue implementada en China y naciones de Europa oriental. A partir de esos años, el mundo empezó a cambiar. Por ejemplo, el sindicalista Lech Walesa levantó una revolución en uno de los astilleros de Polonia reclamando los derechos civiles de la población trabajadora. También el dictador comunista Josip Broz Tito tuvo que ceder posiciones en la ex Yugoslavia (hoy Macedonia, Croacia, Serbia, Montenegro y Eslovenia). Es decir, cayó el muro de Berlín, desapareció la “Muralla de Hierro” y la perestroika fue una realidad en el mundo oriental.
Con ello también cayó el comunismo totalitario, siendo Albania, uno de los últimos países donde se desarrolló las viejas prácticas totalitarias en contra de los derechos civiles de la población. La constante violación de los derechos humanos en ese pequeño país europeo, siempre fue minimizada por los líderes de la izquierda marxista, incluyendo al jefe de la banda terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reynoso, autor intelectual de asesinatos de parlamentarios, alcaldes, militares, policías, dirigentes vecinales y ciudadanos peruanos que no estaban de acuerdo con el accionar de esa banda delincuencial.
La denominada izquierda actual ya no se basa en el control estatista de los medios de producción o la manipulación de los medios de comunicación social, buscando desaparecer al capitalismo, sino siguiendo el viejo concepto del líder comunista ruso Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin, ve en el modo capitalista, elementos básicos de progreso y superación. Eso lo dijo Lenin después de la revolución de los trabajadores rusos en 1918.
La izquierda actual no se mueve en estos términos. Por ejemplo, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), cuyo líder es José Luis Rodríguez Zapatero, ha desarrollado una administración de gobierno de acuerdo a los tiempos modernos. Lo mismo se puede decir de José Ignacio “Lula” Da Silva en Brasil, Michelle Bachelet en Chile, Cristina Fernández en Argentina y recientemente de Dilma Rousseff en Brasil.
Decir lo contrario es ir contra la historia y creer en el totalitarismo estatal está vigente. Por sus ideas trasnochadas, Hugo Chávez Frías en Venezuela y Fidel Castro en Cuba han fracasado como líderes gubernamentales, llevando al descalabro financiero a sus naciones.
La realidad actual demanda otro orden económico- político mundial que no sólo afecta al “marxismo” de izquierda, sino también a los diversos regímenes de gobierno. El proceso de globalización que vive el mundo exige también una nueva forma de pensar, así como nuevos modelos de economía con rostro humano. No confundamos modelos económicos, administraciones gubernamentales y concepciones políticas. Los tiempos han cambiado y también las ideas.
En ese orden de cosas, podemos afirmar que hay cristianos que aún permanecen bajo la sombra del comunismo y confunden el totalitarismo político ideológico con la corriente de la teología de la liberación que muy bien impulsó el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez.
El rostro humano al modelo económico no es sinónimo de cristianismo albanés o comunismo evangélico. El rostro humano es hacer más justo el modelo. Pero eso depende de quienes están en la administración de gobierno en coordinación con la empresa privada. Es bueno que el empresario pague un mayor salario a sus trabajadores, pero si no lo hace, no debemos quitarle (robarle) sus empresas. No devolvamos mal por mal. Hay formas de solución como por ejemplo aquellas de orden tributario.
Respetemos las ideas de todos. Así estemos en las antípodas políticas más lejanas, el respeto y la tolerancia a las ideas es fundamental. El mariscal Eloy Ureta decía, “no impongamos nuestras ideas, debemos exponerlas solamente”. Aún el cristianismo como ideología religiosa debe compartirse no imponerse.
Sin embargo, debemos hacer una diferencia entre la ideología religiosa del cristianismo con sus diversas “liturgias” y modalidades evangélicas con el evangelio liberador de Jesucristo. El evangelio nos libera y no nos ata a políticas partidarias o ideológicas. El evangelio nos acerca y no nos aleja de nuestros contendores. El evangelio se solidariza y no compite. El evangelio no es una ideología, sino un estilo de vida que nace en el mismo corazón de Dios y se basa en los principios bíblicos. El evangelio es vida y no muerte. La ideología sí es muerte porque tiene inicio y fin. El evangelio basado en la misma persona de Jesucristo no tiene inicio y tampoco fin, porque a pesar de ser las buenas nuevas para esta tierra, éstas continuarán hasta la eternidad en sus formas de adoración ante el Sempiterno Dios.
Por esas razones, respeto a quienes aún creen que vivimos en tiempos de la China comunista de Mao Tse Tung (Mao Zedong); del comunismo soviético (La URSS ya no existe, en lugar de esa nación hay más de 20 países, siendo el más grande Rusia); del Pacto de Varsovia (Contraparte de la OTAN Occidental); de los bolcheviques albaneses; de la dictadura rumana de Nicolae Ceausescu; o del totalitarismo norcoreano de Kim II Sung.
Solamente, no lleven al púlpito estas concepciones, ni las pongan al debate adrede de la participación de ciudadanos evangélicos en el actual proceso electoral peruano.
FIRMADOS Nro. 146
Lima, Abril 1, 2011
1 comment:
ME PARACE MUY ACERTADO SU COMENTARIO, CREO QUE LOS MINISTROS DE DIOS NO ESTAMOS PARA POLITIZAR EL PULPITO, NUESTRO LLAMADO ES PREDICAR EL EVANGELIO, Y GUIAR AL PUEBLO A INTERSEDER Y ORAR POR EL FUTURO GOBERNANATE, NECESRIO PARA NUESTRO PAIS, YO SOY PASTOR,PERO A LA IGLESIA,LE DIGO QUE OREN DIOS, PARA QUE EL SEA GUIANDO POR QUIEN AN DE BOTAR, PERO CREO QUE COMO PASTOR NO ESTAMOS PARA TENER POSTURAS POLIRTICAS PARA INFLUENCIAR A LA IGLESIA.NOSOTROS SOLO SOMOS UNA VOZ PROFETICA EN LAS TINIEBLAS DE ESTE MUNDO.
Post a Comment