La pobreza es tal vez el mayor delito que viola los elementales derechos humanos en el mundo, especialmente en naciones que tienen suficientes recursos naturales para alimentar a sus habitantes, que por actos de corrupción, deficiente gestión gubernamental y falta de adecuada tecnología no lo hacen.
En América Latina la población pobre representa aproximadamente el 41%, no obstante la presencia naciones ricas en recursos naturales como Brasil, México, Argentina, Chile y Perú. Precisamente, en este último país, las cifras revelan que la pobreza se ha reducido en pueblos costeños y urbanos, pero la rural sigue igual o peor. Hay miles de peruanos excluidos del desarrollo social.
A pesar de los esfuerzos del presidente Alan García Pérez, las múltiples comunidades andinas y étnicas no se benefician del crecimiento económico. La situación se agudiza más cuando miles de pobres sufren las consecuencias de las bajas temperaturas ocasionadas por el cambio climático y el deterioro del medio ambiente. Cientos de pueblos de la sierra y selva peruana están por encima del 50% de pobreza, no obstante la buena salud financiera que goza Perú desde hace 84 meses, y que según las proyecciones macroeconómicas, será el país con menor inflación y mayor crecimiento económico en 2008.
La nación inca está lejos de los logros alcanzados por otros países que sirven de modelo a la administración García. Chile y Costa Rica registran un promedio de 20% de pobres, mientras que Brasil ha reducido drásticamente la pobreza rural al 35% en todo el vasto territorio. Recientemente, el mandatario Luiz Ignacio “Lula” Da Silva, quien gobierna desde enero de 2003, anunció que la mitad de su población pertenece ahora a la clase media. Ni escribir de Europa, donde hay naciones que registran “cero” de pobreza como los países escandinavos.
El Perú es rico en variados recursos naturales y con gran potencial de crecimiento económico. Por su posición geopolítica está llamado a ser el principal hub de la región para diversas actividades empresariales, como turismo, gastronomía, convenciones y comercio exterior. No es una nación pobre, sino un país empobrecido por diferentes regímenes que gobernaron al país desde los orígenes de la república. Son tantas obras por hacer que debieron realizarse en anteriores gobiernos.
Goza de un desarrollo económico in crecendo y posee diversos recursos humanos para hacer grande a la nación. Los óptimos indicadores económicos sólo revelan que el país está alcanzando los niveles de desarrollo social que tuvo en los años sesenta. Es decir, está recuperando el nivel de hace 50 años. El actual “crecimiento económico” tendrá sus beneficios en los próximos quinquenios, de ahí la importancia de construir las bases del futuro país que reduzca drásticamente la pobreza en todos sus ámbitos. No se trata de cifras sino de realidades.
En los últimos doce meses, las exportaciones totales registraron ventas por US$ 31,315 millones, siendo sus principales mercados Estados Unidos, China, Suiza, Canadá y Japón que concentraron en su conjunto el 54.2% del total exportado al mundo. Sin embargo, los mercados que más crecieron en ese período fueron Corea del Norte, India e Indonesia, destinos nuevos para los productos peruanos que deberá incrementarse con los tratados y acuerdos comerciales a suscribir próximamente.
En lo que va del año se han registrado 5,130 empresas exportadoras, muchas de ellas formalizadas al amparo del reciente Decreto Legislativo 1086 que crea la Ley de Fomento y Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa y del acceso al Empleo Decente, conocida como Ley Mype.
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La lucha contra la pobreza no debe ser solamente material, sino también ética y moral. Se necesita la aplicación de adecuados controles internos acordes con los estándares internacionales y el desarrollo de políticas anticorrupción en todos los ámbitos. Está comprobado que la corrupción institucionalizada, en los sectores públicos y privado, ha sido la principal traba para el bienestar de todos los peruanos. Pero también urge un cambio de mentalidad en los peruanos. Es hora de actuar y trabajar con visión de futuro y no seguir soñando con el pasado por muy glorioso que haya sido.
En lo social deberá traducirse en la generación de empleos productivos que incentiven una educación emprendedora y programas de salud integral para todos. En lo económico deberá reflejarse en el manejo responsable de la economía, producción de bienes y servicios, fortalecimiento de la competitividad empresarial, promoción del turismo, responsabilidad social empresarial, protección del medio ambiente, fortalecimiento de la pequeña y micro empresa, incremento de las exportaciones y promoción de mayores inversiones foráneas.
Ya es tiempo que la exclusión y las grandes desigualdades sociales se reduzcan drásticamente en la nación que fue la cuna de la civilización sudamericana.
En América Latina la población pobre representa aproximadamente el 41%, no obstante la presencia naciones ricas en recursos naturales como Brasil, México, Argentina, Chile y Perú. Precisamente, en este último país, las cifras revelan que la pobreza se ha reducido en pueblos costeños y urbanos, pero la rural sigue igual o peor. Hay miles de peruanos excluidos del desarrollo social.
A pesar de los esfuerzos del presidente Alan García Pérez, las múltiples comunidades andinas y étnicas no se benefician del crecimiento económico. La situación se agudiza más cuando miles de pobres sufren las consecuencias de las bajas temperaturas ocasionadas por el cambio climático y el deterioro del medio ambiente. Cientos de pueblos de la sierra y selva peruana están por encima del 50% de pobreza, no obstante la buena salud financiera que goza Perú desde hace 84 meses, y que según las proyecciones macroeconómicas, será el país con menor inflación y mayor crecimiento económico en 2008.
La nación inca está lejos de los logros alcanzados por otros países que sirven de modelo a la administración García. Chile y Costa Rica registran un promedio de 20% de pobres, mientras que Brasil ha reducido drásticamente la pobreza rural al 35% en todo el vasto territorio. Recientemente, el mandatario Luiz Ignacio “Lula” Da Silva, quien gobierna desde enero de 2003, anunció que la mitad de su población pertenece ahora a la clase media. Ni escribir de Europa, donde hay naciones que registran “cero” de pobreza como los países escandinavos.
El Perú es rico en variados recursos naturales y con gran potencial de crecimiento económico. Por su posición geopolítica está llamado a ser el principal hub de la región para diversas actividades empresariales, como turismo, gastronomía, convenciones y comercio exterior. No es una nación pobre, sino un país empobrecido por diferentes regímenes que gobernaron al país desde los orígenes de la república. Son tantas obras por hacer que debieron realizarse en anteriores gobiernos.
Goza de un desarrollo económico in crecendo y posee diversos recursos humanos para hacer grande a la nación. Los óptimos indicadores económicos sólo revelan que el país está alcanzando los niveles de desarrollo social que tuvo en los años sesenta. Es decir, está recuperando el nivel de hace 50 años. El actual “crecimiento económico” tendrá sus beneficios en los próximos quinquenios, de ahí la importancia de construir las bases del futuro país que reduzca drásticamente la pobreza en todos sus ámbitos. No se trata de cifras sino de realidades.
En los últimos doce meses, las exportaciones totales registraron ventas por US$ 31,315 millones, siendo sus principales mercados Estados Unidos, China, Suiza, Canadá y Japón que concentraron en su conjunto el 54.2% del total exportado al mundo. Sin embargo, los mercados que más crecieron en ese período fueron Corea del Norte, India e Indonesia, destinos nuevos para los productos peruanos que deberá incrementarse con los tratados y acuerdos comerciales a suscribir próximamente.
En lo que va del año se han registrado 5,130 empresas exportadoras, muchas de ellas formalizadas al amparo del reciente Decreto Legislativo 1086 que crea la Ley de Fomento y Desarrollo de la Micro y Pequeña Empresa y del acceso al Empleo Decente, conocida como Ley Mype.
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La lucha contra la pobreza no debe ser solamente material, sino también ética y moral. Se necesita la aplicación de adecuados controles internos acordes con los estándares internacionales y el desarrollo de políticas anticorrupción en todos los ámbitos. Está comprobado que la corrupción institucionalizada, en los sectores públicos y privado, ha sido la principal traba para el bienestar de todos los peruanos. Pero también urge un cambio de mentalidad en los peruanos. Es hora de actuar y trabajar con visión de futuro y no seguir soñando con el pasado por muy glorioso que haya sido.
En lo social deberá traducirse en la generación de empleos productivos que incentiven una educación emprendedora y programas de salud integral para todos. En lo económico deberá reflejarse en el manejo responsable de la economía, producción de bienes y servicios, fortalecimiento de la competitividad empresarial, promoción del turismo, responsabilidad social empresarial, protección del medio ambiente, fortalecimiento de la pequeña y micro empresa, incremento de las exportaciones y promoción de mayores inversiones foráneas.
Ya es tiempo que la exclusión y las grandes desigualdades sociales se reduzcan drásticamente en la nación que fue la cuna de la civilización sudamericana.
FIRMADOS Nº 068
Lima, Agosto 6, 2008
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