Tuesday, April 01, 2008

ARTICULO: Nuevo orden económico internacional en América Latina

América Latina asiste a una de sus etapas más importantes de su historia como consecuencia del nuevo orden económico internacional que cada día demanda cambios en las estructuras sociales de los estados y administraciones de gobierno, cualesquiera sea la tecnocracia u opción política partidaria. Los tiempos modernos revelan que los empresarios y líderes políticos sean personas preparadas para asumir los diversos retos que trae consigo el proceso de globalización en la región.

El nuevo liderazgo no sólo está en el campo de la economía, sino en todos los ámbitos del desarrollo humano. Sin embargo, el nivel de internacionalización dependerá de la madurez de las administraciones de gobierno y del grado de desarrollo social de cada país. La realidad empresarial revela que ante un mundo en constante cambio, urgen permanentes adecuaciones a nuevos enfoques en la gestión de los negocios y administración gubernamental desde la óptica del buen gobierno corporativo.

El nuevo orden económico internacional es cada vez más competitivo y complejo a la vez, especialmente en áreas como tecnologías de la información e innovación tecnológica, ciencia e investigación social, integración comercial y cohesión social. Sólo en pocas naciones el desarrollo tecnológico está al alcance de los pueblos más atrasados. A pesar de las limitaciones, Brasil, México y Costa Rica son ejemplos de esta realidad. Por cierto que el mundo de los negocios merece mención aparte por sus implicancias en economías emergentes.

No obstante la difícil coyuntura económica mundial, las proyecciones de las entidades multilaterales de crédito internacional, revelan que países como Brasil, México, Argentina, Chile y Perú mantendrán estables sus niveles de crecimiento al final del ejercicio anual. El escenario internacional está transformándose y se requiere anticiparse a los cambios que de todos modos llegarán e impactarán en la región en los próximos meses.

Es decir, la nueva realidad exige líderes con mentalidad emprendedora, capaces de afrontar con éxito las demandas del mundo moderno que al parecer está favoreciendo a naciones como China, India y países del sudeste asiático. América Latina tendrá que seguir compitiendo para atraer nuevas inversiones, celebrar tratados de integración comercial, crear mayores oportunidades de negocios, fomentar apertura de nuevos mercados y mantener el crecimiento económico.

Los líderes emprendedores tendrán que adecuar sus economías a la nueva realidad regional. Deberán fomentar programas sociales y una educación integral que responda a las exigencias del mercado, impulsando la industria microfinanciera como alternativa para generar empleos, reducir la pobreza y combatir los males sociales. Parte de esa adecuación ahora es la aplicación de adecuados controles internos en las instituciones, la administración de riesgos empresariales en las diversas organizaciones públicas y privadas, y combatir desde sus raíces, la corrupción institucional, especialmente la gubernamental. La corrupción atrasa a los pueblos y perjudica a los más pobres de la región.

Una fotografía actual muestra a Brasil, la economía más grande de la región, desarrollar su propia agenda de integración comercial con el mundo, impulsando el Mercosur con Argentina, Paraguay, Uruguay y ahora con Venezuela. Bolivia, Perú y Chile como miembros asociados. A la luz de los últimos acontecimientos políticos, sólo el Mercosur mantiene la unidad comercial a diferencia de la Comunidad Andina que al parecer está destinada a desintegrarse por sus conflictos internos que tiene.

México por su vecindad con los Estados Unidos y su Tratado de Libre Comercio (TLC) con esa nación y Canadá, recoge ahora su cosecha. Paraguay desarrolla su economía al amparo de Brasil, mientras que Uruguay lo hace con Argentina. Hay quienes piensan que Uruguay es una provincia comercial de Argentina. Colombia está ensimismado en sus problemas internos y resolviendo conflictos foráneos ocasionados por los grupos alzados en armas. Venezuela, Ecuador y Bolivia tienen agenda común diseñada entre Caracas y La Habana.

En el caso de Chile y Perú, la situación es optimista. Ambos países buscan mayores inversiones y nuevos mercados en todo el mundo. Son las economías que tienen los mejores indicadores en Latinoamérica, tienen TLC con los Estados Unidos y pertenecen al foro económico Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), que en noviembre de este año realiza su reunión cumbre en territorio peruano. Estas naciones están llamadas a ser líderes en la región. Chile es el único país suramericano que ostenta el grado de inversión y Perú obtendrá la misma posición este año.

Sin embargo, estas cifras son optimistas en el papel y aún en la realidad, pero todavía no impactan favorablemente en la vida cotidiana de sus habitantes. Es decir, los indicadores macroeconómicas revelan que algunas economías están creciendo, pero la realidad microeconómica, afirma todo lo contrario. Eso se debe en parte a la deficiente gestión de algunos gobernantes. Por ejemplo, se aplican subsidios a los productos agrícolas o combustibles para paliar en algo la creciente subida de precios internacionales, pero lo único que se hace es enriquecer más a los ricos y empobrecer más a los pobres. Otros errores son la aplicación de medidas proteccionistas que alientan el comercio informal de productos de contrabando, y la aplicación de altas tasas impositivas para transacciones bancarias, exportaciones o contribuciones extraordinarias. Cuando la economía se distorsiona o se corrompe se debe en gran parte a la deficiente gestión de los gobernantes.

Ante este panorama, los líderes emprendedores que necesita América Latina deben entender que la región está en un proceso de globalización. Ese fenómeno que en los años ochenta se llamó “aldea global” ya está entre nosotros. La globalización no es exclusividad del mundo de los negocios, sino de la sociedad en su conjunto.


FIRMADOS Nº 053
Lima, Abril 1, 2008

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