A dos meses de haberse realizado el FOROMIC en Montego Bay (Jamaica), se sobreentiende que ese certamen debe marcar un hito en la perspectiva
del desarrollo empresarial emprendedor de América Latina, el Caribe y el
denominado “tercer mundo”. Se han realizado 19 Foros Interamericanos de
la Microempresa (FOROMIC) y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN),
acorde con sus objetivos sociales, ha jugado un rol muy importante en la
búsqueda de soluciones para el desarrollo empresarial de la región y sus
principales problemas.
El aporte del Banco Interamericano de
Desarrollo, mediante el FOMIN, ha sido decisivo, en la búsqueda de ideas
innovadoras, soluciones inclusivas, desarrollo tecnológico, reactivación del
campo, desarrollo sostenible y medioambientales y, por supuesto, de la visión
de futuro compartida entre los miles de emprendedores y los agentes del cambio
social en finanzas populares (microfinanzas y cooperativismo) que anualmente
participan en estos foros especializados, pero que al mismo tiempo, atraen el
interés colectivo local y mundial.
Tenemos que incorporar al ámbito de las
finanzas populares y la economía social solidaria, concepto más amplios e
integradores del desarrollo sostenible a todos los niveles, integrando y
articulando otros aspectos económicos, sociales y ambientales. También aquellos
principios éticos, que no es exclusividad de quienes practican determinada
creencia social, religión o concepción ideológica alguna.
¿Cómo ayudan los FOROMIC al desarrollo social
hemisférico? Primero, a través de una visión compartida, basada en el
intercambio de experiencias, metodologías, estrategias y hasta tácticas
empresariales, que se traduce en una nueva gestión empresarial en las
organizaciones de finanzas populares y economía solidaria, sean
microfinancieras o cooperativas.
En segundo lugar, en la enseñanza de nuevas
sendas dónde transitar. No es fácil desarrollar una adecuada gestión
empresarial. El éxito se aprende herrando el blanco.
En un mundo globalizado, donde los mercados
son más sensibles, se requiere paciencia para acertar al blanco. El aprendizaje
toma tiempo, y los FOROMIC son escuelas públicas donde se viene a aprender,
conocer y desarrollar.
Por ejemplo, diversos estudios sociales han
comprobado que el cooperativismo se fortalece más cuando hay una crisis
financiera. Los países europeos y asiáticos han vivido esa experiencia. En
España, se crearon más puestos de trabajo en plena crisis financiera. ¿Qué
pasó? Las lecciones sociales se aprenden en la calle. Obviamente que podemos
recurrir a determinadas metodologías de desarrollo social, pero aprenderlo en
foros (escuelas abiertas) es mejor. Lo mismo se puede decir de los controles
internos, administración de los riesgos integrales, desarrollo sostenible,
gobierno corporativo, ética empresarial, desarrollo amigable con el medio
ambiente, y ahora, la ética en los negocios.
Nos hemos preguntado alguna vez, cuáles serán
los nuevos escenarios para las microfinanzas frente al cambio climático. ¿Qué
nuevos problemas se presentarán?
La pobreza crece cada día y el aumento de las
desigualdades plantean nuevos desafíos, pero al mismo tiempo diversas
interrogantes, que aún no tienen respuestas concretas. En un mundo cada vez más
“competitivo” y globalizado los problemas corren muy rápido.
América Latina tiene experiencia en microfinanzas,
pero no tanto con el tema de las remesas que, por razones obvias, están más
desarrolladas en los países del Caribe. Un problema para una institución
microfinanciera de Suramérica, no tendrá la misma dimensión para una nación
caribeña. No obstante, en los FOROMIC, especialmente en los últimos años, desde
Arequipa 2009, hay más participantes de Asia, Europa, África y naciones
industrializadas. Es decir, hay ahora lecciones compartidas.
Ahora se habla en el mundo de un crecimiento
económico “inclusivo”, en virtud que las desigualdades siguen creciendo.
América Latina es precisamente, una de las regiones más desiguales del mundo.
Desde esta perspectiva, los países industrializados y las organizaciones
internacionales de crédito internacional, ¿estarían dispuestas a impulsar la
“prosperidad compartida”, mediante alguna estrategia microfinanciera? Se
estima, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, que en los
países en desarrollo habita un 40% de pobres.
La misma ONU revela que las 85 personas más
ricas del mundo controlan tanta riqueza que equivale al 50 % más pobre de la
población mundial, o sea, más de 3,500 millones de personas.
Para el
presidente del Banco Mundial, resulta más eficaz corregir la desigualdad
adaptando las políticas a la situación de cada país para ayudar al 40 % más
pobre de la población.
En términos
globales, la industria microfinanciera regional aún tiene como agenda
pendiente, el desarrollo social del campo. Se habla ahora mucho de inclusión
financiera, de educación financiera y cooperativa, pero poco se está haciendo
por las personas que se dedican a faenas rurales.
Uno de los “nuevos
objetivos del desarrollo sostenible” para el año 2030 dice: “La economía social
y solidaria enfatiza también el papel de la ética en la actividad económica.
Muchos gobiernos empiezan a reconocer la necesidad de democratizar los sistemas
económicos y de gobernanza, reconociendo así los papeles no solo de los actores
públicos y privados, sino también de las organizaciones e instituciones
comunitarias y colectivas al igual que la importancia de las alianzas
intersectoriales”.
Por esa
razón, si se trata de generar oportunidades a través de la inclusión
financiera, como fue el lema del FOROMIC 2016, entonces como diría el poeta
peruano César Vallejo: “Hermanos, hay mucho por hacer”.
FIRMADOS Nro 209
Lima, enero 2017.
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