Wednesday, April 16, 2008

FOTO: Recordando los estudios

El autor y la periodista y escritora chilena Sara Ossa, quienes fueron compañeros de estudios en Washington DC. Actualmente ambos se dedican a la producción literaria en Lima y Santiago respectivamente.

ARTÍCULO: ¿Quién fiscaliza a los fiscalizadores?

El reciente escándalo de corrupción descubierto en el Banco de Materiales (Banmat) y la remoción del directorio en pleno de esa institución por parte del presidente Alan García Pérez, ha puesto en el tapete, una vez más, el tema de la corrupción en la administración pública del Perú.

Los actos de corrupción que permitieron que aproximadamente unos 50 altos funcionarios de esa institución se adjudicarán para sí mismos o para familiares los departamentos destinados a personas de escasos recursos económicos, también ha generado que el presidente solicite una investigación a todos los funcionarios públicos para evitar futuras sorpresas en la administración que preside.

Sin embargo, el hecho que el Congreso de la República, una de las instituciones más desacreditadas del país, haya solicitado dos meses para investigar los actos de corrupción en el Banmat, ha causado más de una sorpresa. Los 60 días que piden los congresistas es tiempo suficiente para que los involucrados puedan preparar sus maletas y viajar a lugares desconocidos por la justicia. El rezo popular “otorongo no come otorongo” al parecer sí funciona para estos casos.

La corrupción en el Banmat confirma que los mayores casos de actos dolosos lo realizan precisamente altos funcionarios, algunos de ellos miembros de diversos partidos políticos. Por cierto que en la actual administración, muchos excelentes profesionales miembros del partido de gobierno no trabajan para el Estado. El grueso de los altos funcionarios provienen de administraciones anteriores (Alejandro Toledo y Valentín Paniagua) o son allegados otros grupos políticos.

Por un lado notamos al presidente García haciendo esfuerzos para controlar, reducir y castigar a los corruptos, pero por el otro lado, notamos actitudes flexibles y permisivas en algunos miembros del Congreso de la República para tocar con manos de seda a los involucrados en actos de corrupción.

Muchos de los casos de corrupción se deben a la falta de adecuados controles internos por parte de las gerencias y directorios de las instituciones públicas y privadas, por también por la escasez de auditorías externas por parte de la Contraloría General de la República (CGR). En este último caso, la CGR no tiene los recursos económicos necesarios para contratar los servicios de auditores externos.

Precisamente, ante el pedido de mayores recursos para la CGR para realizar con eficiencia su labor, fueron las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, quienes desestimaron el pedido, a pesar de ser un dictamen aprobado por el Congreso de la República. Es decir, en el MEF hay alguien (o algunos) que “inocentemente” contribuyen para que no hayan adecuados controles internos en las instituciones públicas. Por eso preguntamos en voz alta: ¿Quién fiscaliza a los fiscalizadores?

FIRMADOS Nº 055
Lima, Abril 16, 2008

Monday, April 14, 2008

FOTO: Con el decano de Economía

El periodista camina por uno de las iglesias donde ministraba el sacerdote y economista, Juan Julio Witch, entonces decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico. El padre Witch fue uno de los rehenes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru que asaltó la Embajada de Japón en el Perú el 17 de diciembre de 1996.

Tuesday, April 08, 2008

FOTO: Periodistas de Economía y Finanzas

Un grupo de periodistas, especializados en Economía y Finanzas, se reunió con el presidente de la Cámara de Comercio de Lima, Samuel Gleiser Katz. El autor figura a la derecha del presidente de la CCL.

ARTICULO: ¡Así no, ministro de Economía!

Algo no está funcionando bien en el Ministerio de Economía y Finanzas. Sabemos de los esfuerzos del titular del MEF, Luis Carranza, para reactivar la demanda interna, corregir errores fiscales, moderar los niveles inflacionarios y fortalecer la política macroeconómica. Pero, en materia tributaria, las recientes acciones que reconsideran el proyecto de ley con respecto al crédito fiscal del Impuesto General a las Ventas (IGV), está en contraste con la realidad empresarial del país.

¿Qué está pasando? ¿Por qué se insiste en golpear a los empresarios, especialmente a la pequeña y micro empresa? El sentido común nos dice que el gobierno debería promocionar el desarrollo empresarial y no poner trabas al avance de las empresas, pero volver atrás en materia tributaria, sería un craso error de la administración García.

El proyecto de ley que flexibiliza el uso del crédito fiscal del IGV, no sólo ha dividido a las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas con los gremios empresariales, sino que también ha puesto en tela de juicio el trabajo honrado y sacrificado de miles de empresarios vinculados con la micro y pequeña empresa (Mype), quienes de aprobarse la norma, serían sujetos de una serie de arbitrariedades por parte de la autoridad tributaria.

Conocedores de la “política de control” asumida en los últimos 20 años por la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), los perjudicados serían las micro y pequeña empresas, que dependen de terceros para la elaboración de sus registros contables. Es decir, un pequeño error o un suave borrón, serían causas suficientes para la pérdida del crédito fiscal. Precisamente, el objetivo del uso del crédito fiscal del IGV es aliviar en algo la pesada carga de gastos que realiza el empresario.

Como es de conocimiento público, los empresarios vinculados a las Mype y Pyme (pequeña y mediana empresa), verdaderos motores del desarrollo social en el país, no están en condiciones económicas para contratar los servicios de un profesional, por lo que ellos mismos tienen que hacer sus registros o dejarse asesorar por firmas contables que administran cada cierto tiempo sus contabilidades.

En el Perú lo que más se necesita son normas que incentiven la inversión y la generación de mayores empleos como hasta la fecha, las Pyme y Mype lo están haciendo con el 98.6% del total de las empresas en el país, con más de 3.5 millones de unidades productivas y comerciales, incluso, algunas de ellas de subsistencia.

Si bien es verdad que el fraude tributario bordea los S/. 2,700 millones, éste no se origina por la aplicación de la normatividad aprobada, sino por la decisión exclusiva de malos empresarios que eluden el pago de impuestos mediante diversas modalidades como la compra de comprobantes de pago, que sí es un delito. En todo caso, el asunto es fiscalización y esa es una tarea de la Sunat. Si hay malos empresarios, detéctenlo y que todo el peso de la ley caiga sobre ellos, pero la evasión tributaria no está en el lado de las Mype que cada día se formalizan, contribuyen con sus tributos y generan nuevos puestos de trabajo.

Desde esta perspectiva, es justo el reclamo de cientos de empresarios, especialmente del conglomerado comercial de Gamarra que integran más de 25,000 empresarios. El gobierno debe promocionar la iniciativa empresarial y no poner obstáculos en su desarrollo.

FIRMADOS Nº 054
Lima, Abril 8, 2008

Tuesday, April 01, 2008

FOTO: Con periodista sudafricana del apartheid

Año 2001: La periodista sudafricana Ryan Emeka sufrió las desigualdades sociales y raciales que trajo el apartheid en su país natal. Ryan trabajó con dificultad en la ciudad de Pretoria, después que Nelson Mandela fue liberado y puso fin a la lucha racial en Sudáfrica. César Sánchez y Ryan Emeka fueron compañeros de estudios en Washington.

FOTO: Incorporado al Colegio de Periodistas

Año 1989: El autor se incorpora al Colegio de Periodistas del Perú, como miembro de la Orden. Eran los años difíciles en su país que vivía tiempos de terrorismo ocasionado por la banda subversiva Sendero Luminoso.

ARTICULO: Nuevo orden económico internacional en América Latina

América Latina asiste a una de sus etapas más importantes de su historia como consecuencia del nuevo orden económico internacional que cada día demanda cambios en las estructuras sociales de los estados y administraciones de gobierno, cualesquiera sea la tecnocracia u opción política partidaria. Los tiempos modernos revelan que los empresarios y líderes políticos sean personas preparadas para asumir los diversos retos que trae consigo el proceso de globalización en la región.

El nuevo liderazgo no sólo está en el campo de la economía, sino en todos los ámbitos del desarrollo humano. Sin embargo, el nivel de internacionalización dependerá de la madurez de las administraciones de gobierno y del grado de desarrollo social de cada país. La realidad empresarial revela que ante un mundo en constante cambio, urgen permanentes adecuaciones a nuevos enfoques en la gestión de los negocios y administración gubernamental desde la óptica del buen gobierno corporativo.

El nuevo orden económico internacional es cada vez más competitivo y complejo a la vez, especialmente en áreas como tecnologías de la información e innovación tecnológica, ciencia e investigación social, integración comercial y cohesión social. Sólo en pocas naciones el desarrollo tecnológico está al alcance de los pueblos más atrasados. A pesar de las limitaciones, Brasil, México y Costa Rica son ejemplos de esta realidad. Por cierto que el mundo de los negocios merece mención aparte por sus implicancias en economías emergentes.

No obstante la difícil coyuntura económica mundial, las proyecciones de las entidades multilaterales de crédito internacional, revelan que países como Brasil, México, Argentina, Chile y Perú mantendrán estables sus niveles de crecimiento al final del ejercicio anual. El escenario internacional está transformándose y se requiere anticiparse a los cambios que de todos modos llegarán e impactarán en la región en los próximos meses.

Es decir, la nueva realidad exige líderes con mentalidad emprendedora, capaces de afrontar con éxito las demandas del mundo moderno que al parecer está favoreciendo a naciones como China, India y países del sudeste asiático. América Latina tendrá que seguir compitiendo para atraer nuevas inversiones, celebrar tratados de integración comercial, crear mayores oportunidades de negocios, fomentar apertura de nuevos mercados y mantener el crecimiento económico.

Los líderes emprendedores tendrán que adecuar sus economías a la nueva realidad regional. Deberán fomentar programas sociales y una educación integral que responda a las exigencias del mercado, impulsando la industria microfinanciera como alternativa para generar empleos, reducir la pobreza y combatir los males sociales. Parte de esa adecuación ahora es la aplicación de adecuados controles internos en las instituciones, la administración de riesgos empresariales en las diversas organizaciones públicas y privadas, y combatir desde sus raíces, la corrupción institucional, especialmente la gubernamental. La corrupción atrasa a los pueblos y perjudica a los más pobres de la región.

Una fotografía actual muestra a Brasil, la economía más grande de la región, desarrollar su propia agenda de integración comercial con el mundo, impulsando el Mercosur con Argentina, Paraguay, Uruguay y ahora con Venezuela. Bolivia, Perú y Chile como miembros asociados. A la luz de los últimos acontecimientos políticos, sólo el Mercosur mantiene la unidad comercial a diferencia de la Comunidad Andina que al parecer está destinada a desintegrarse por sus conflictos internos que tiene.

México por su vecindad con los Estados Unidos y su Tratado de Libre Comercio (TLC) con esa nación y Canadá, recoge ahora su cosecha. Paraguay desarrolla su economía al amparo de Brasil, mientras que Uruguay lo hace con Argentina. Hay quienes piensan que Uruguay es una provincia comercial de Argentina. Colombia está ensimismado en sus problemas internos y resolviendo conflictos foráneos ocasionados por los grupos alzados en armas. Venezuela, Ecuador y Bolivia tienen agenda común diseñada entre Caracas y La Habana.

En el caso de Chile y Perú, la situación es optimista. Ambos países buscan mayores inversiones y nuevos mercados en todo el mundo. Son las economías que tienen los mejores indicadores en Latinoamérica, tienen TLC con los Estados Unidos y pertenecen al foro económico Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), que en noviembre de este año realiza su reunión cumbre en territorio peruano. Estas naciones están llamadas a ser líderes en la región. Chile es el único país suramericano que ostenta el grado de inversión y Perú obtendrá la misma posición este año.

Sin embargo, estas cifras son optimistas en el papel y aún en la realidad, pero todavía no impactan favorablemente en la vida cotidiana de sus habitantes. Es decir, los indicadores macroeconómicas revelan que algunas economías están creciendo, pero la realidad microeconómica, afirma todo lo contrario. Eso se debe en parte a la deficiente gestión de algunos gobernantes. Por ejemplo, se aplican subsidios a los productos agrícolas o combustibles para paliar en algo la creciente subida de precios internacionales, pero lo único que se hace es enriquecer más a los ricos y empobrecer más a los pobres. Otros errores son la aplicación de medidas proteccionistas que alientan el comercio informal de productos de contrabando, y la aplicación de altas tasas impositivas para transacciones bancarias, exportaciones o contribuciones extraordinarias. Cuando la economía se distorsiona o se corrompe se debe en gran parte a la deficiente gestión de los gobernantes.

Ante este panorama, los líderes emprendedores que necesita América Latina deben entender que la región está en un proceso de globalización. Ese fenómeno que en los años ochenta se llamó “aldea global” ya está entre nosotros. La globalización no es exclusividad del mundo de los negocios, sino de la sociedad en su conjunto.


FIRMADOS Nº 053
Lima, Abril 1, 2008