Thursday, February 11, 2016

ENTRE LOS "CÁNDIDOS" Y LOS CANDIDATOS EN PERÚ

El próximo domingo 10 de abril se realizarán las elecciones generales en Perú. Se elegirá al sucesor del presidente Ollanta Humala Tasso, quien se retirará de la administración de gobierno en un clima enrarecido de acusaciones y corrupción. El nuevo mandatario debe salir de más de una docena de candidatos que pugnan por ganar los comicios, y como suele ocurrir siempre en estas lides, prometen el oro y el moro. Algunos se disfrazan y usan chullos, ponchos, chalinas y el sombrero del payaso “Cucharita” del otrora circo “Tony Perejil”.
Entre los candidatos vemos diversos estilos. Desde aquellos que concurren a los programas de televisión para cantar, bailar y contar un chiste, hasta aquellos que hablan sin saber qué están diciendo y qué significan los conceptos que sus asesores políticos les escriben (además, hasta leen mal).
Hemos identificado a unos cuatro candidatos nuevos que por lo menos tienen criterio para decir las cosas y buen juicio en sus apreciaciones. Lamentablemente, tres de ellos están en el grupo de los “otros”, mientras que uno de ellos que se precia de profesor universitario y que ha usado muy bien las redes sociales, casi se parece a uno que es “autor” de la Biblia, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, “La divina comedia”, “Fausto” y otras obras literarias, según los denominados “memes” que aparecen en las redes.
De los tres restantes que están en los “otros”, una es una dama que habla quechua (por lo menos una frase) y tiene buenas ideas, pero no el respaldo de los medios. Se ha vinculado a la defensa de las minorías sociales y “pecados” de la humanidad.
Otro es un periodista y analista político internacional muy bueno, tiene visión de estadista, pero ancló en un partido político, eso que llaman tradicional, razón por la cual no tiene un amplio respaldo popular, ni tampoco acción.
Un tercer candidato es experto en el quehacer emprendedor y ha ayudado a mucha gente. Lamentablemente el color amarillo de su camiseta no ayuda mucho, por muy edil que sea. Pero es una muy buena experiencia, porque Perú siendo un país de emprendedores, tiene mucho por aportar. A cambiar de camiseta en la próxima.
La señora que lidera en la actualidad la encuesta tiene un voto duro que fluctúa entre el 25% y 30%, porcentaje que no garantiza que ganaría la elección. Aunque voté por ella en una anterior elección, definitivamente no lo haría esta vez.  No tiene experiencia, pero eso no interesa, porque con la excepción de dos candidatos, nadie lo tiene. Hubiera sido interesante que cuando estuvo en el Congreso, su bandada hubiera aprobado leyes tan importantes como la nueva Ley del Cooperativismo y la bicameralidad.
Hay dos candidatos con experiencia de gobierno, ambos han realizado una buena performance en el ámbito económico, ayudados por cierto por el auge de los precios internacionales de los minerales y materias primas. Uno de ellos se caracteriza por su tardanza y su buen gusto a los refinados elixires de Baco, y sin ser moralista, eso no es tan bueno como para exhibirlo. Además, la tardanza nunca es una virtud, es un defecto que viola el derecho de quienes llegan temprano o son puntuales.
El otro candidato tiene amplia experiencia. Hizo un primer gobierno que terminó con una hiperinflación, ocasionada por su inexperiencia gubernamental (asumió el mando a los 36 años) y chocó, literalmente, con los empresarios y organismos multilaterales de crédito. Cuando limitó el pago de la deuda externa al 10% de las exportaciones, eso sonó a “perro muerto” y como resultado, le quitaron el apoyo económico. Obviamente, en esas condiciones es difícil gobernar.
Su segundo mandato fue diferente. Le favoreció el buen precio de las materias primas en los mercados internacionales, pero algunas normas sociales se quedaron en “stand by”.  Ahora aliado con otro partido tradicional al que tuvo como “enemigo político”, no está sumando. Al parecer, su aliado sólo nació para acompañar y no suma, sino resta. Solos les habría ido mejor.
Un candidato que tiene un apellido difícil de pronunciar para las mayorías y que posee dos nacionalidades, parece que sus propuestas sólo son para una parte de la población y no para la mayoría. Este candidato sí tiene el respaldo de los grandes grupos de poder económico y de los medios de comunicación, que en Perú casi son de un solo dueño. Su campaña está diseñada desde la perspectiva “chicha” y es tan “chicha” que no está pegando. El fenómeno del proceso de “cholificación”, en palabras de mi profesor de San Marcos, el sociólogo Aníbal Quijano, ocurrió en los años setenta y culminó en los primeros años del presente siglo.
Ahora, Perú es distinto, y siguiendo las pautas de don Rolando Arellano, el padre de los estudios de estilos de vida en el país, la clase media ya es limeña y está en su tercera o cuarta generación. Los “provincianos” ya son limeños, razón por la cual, la campaña “chicha” está totalmente desfasada.
¿Y los otros candidatos? ¿Los otros? No son ni chicha ni limonada. Con el respeto de algunos candidatos, amigos míos, los otros son payasos que van a la televisión para realizar el baile de los que sobran, al compás de Los Prisioneros de Chile, la buena música de los ochenta.
Resulta interesante que en todos los grupos políticos que están presentándose al Congreso y postulando a la presidencia, hay “hermanos” evangélicos. Esperamos que no sea una carrera de caballos y parada de borricos. Hay antecedentes, especialmente en los años noventa, cuando Alberto Fujimori fue elegido presidente con el respaldo del pueblo evangélico, que después, usando la política del papel higiénico (usar y desechar), el nuevo presidente les dio las espaldas. Ese año ingresaron al Congreso 18 ciudadanos evangélicos: 14 diputados, 4 senadores y el segundo vicepresidente.

FIRMADOS Nro 204
Febrero 11, 2016

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