Wednesday, March 12, 2008

ARTICULO: El PSOE y los nacionalismos en España

El pasado 9 de marzo, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó nuevamente las elecciones, garantizándole a José Luis Rodríguez Zapatero un segundo mandato por cuatro años más al frente del Gobierno Español.

Aunque el triunfo del PSOE refleja la complacencia del pueblo español en su gobernante, revela también la consolidación del bipartidismo en la península ibérica. Desde que se instauró la Jefatura del Gobierno Español en 1982, el PSOE con Felipe González ejerció ese liderazgo durante tres mandatos consecutivos (1982 – 1996), sustituido por el doble mandato de José María Aznar del Partido Popular (1996 – 2004). Rodríguez Zapatero está en el poder desde 2004 y lo estará hasta 2012.

Aparte de los problemas económicos y de integración comercial, las principales crisis que ha tenido el PSOE con González y Rodríguez Zapatero estuvieron relacionadas con los nacionalismos de las regiones independentistas, quienes siguen reclamando reivindicaciones soberanas. Desde que en 1980 el País Vasco y Cataluña se convirtieron legalmente en regiones autónomas dentro de España (con propios Parlamentos y control de impuestos, policía, educación, radio y televisión), las exigencias autónomas se han extendido a otras regiones como la Comunidad Foral de Navarra, Comunidad Valenciana y Galicia.

Sin embargo, las comunidades más radicales han sido siempre el País Vasco y Cataluña donde las lenguas principales no son la española (castellana) sino el vascuence y el catalán. Estos conflictos étnicos datan desde el siglo XIV cuando la península ibérica estaba habitada por un conjunto de reinos, casas reales y nobleza. En esos años, el reino de Castilla era el más poblado y el más rico. La fusión de los reinos de Castilla y Aragón en 1479 por el matrimonio de los reyes católicos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en 1469, agudizó la crisis étnica que continúa cinco siglos después.

En nuestros tiempos, la crisis tiene diversas lecturas y fuentes, pero se expresa en el nacimiento del radical grupo armado Euskadi ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad en vascuence), creado como una escisión del nacionalismo vasco durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975). En 1976, el primer ministro de entonces, Adolfo Suárez, quien sobrevivió al dictador Francisco Franco, indultó a todos los presos de ese grupo para afirmar la democratización de España. Parte de los indultados se integraron a la política pacífica, mientras otros decidieron continuar con la violencia, reivindicando un País Vasco independiente y socialista.

Con la finalidad de boicotear las recientes elecciones, la banda terrorista ETA asesinó el viernes 7 de marzo en el País Vasco a Isaías Carrasco, ex concejal del PSOE, grupo político que ha realizado varios intentos de negociación para que ETA abandone la violencia. Desde el gobierno del socialista Felipe González hasta Rodríguez Zapatero se ha intentado buscar mecanismos de pacificación, pero todos han fracasado.

Sin embargo, el 13 de diciembre de 2000, el PSOE y el PP firmaron un Tratado Antiterrorista con la finalidad de impulsar la aprobación de leyes y medidas gubernamentales contra ETA y su entorno, y perseguir sus fuentes de financiación proveniente de la extorsión a empresarios vascos, llamada “impuesto revolucionario”.

Pero los problemas más fuertes para Rodríguez Zapatero en el País Vasco no se presentan desde ese grupo, muy debilitado por sucesivas operaciones policiales en España y Francia, sino desde el nacionalismo moderado, que reclama también la independencia. Voceros de Eusko Alkartasuna, partido que gobierna en coalición con el PNV (Partido Nacionalista Vasco), exigen a Rodríguez Zapatero que devuelva a su región “las libertades vulneradas para alcanzar una democracia plena”, en referencia a la ilegalización de Batasuna, el partido político de ETA. Para los partidarios de Eusko Alkartasuna, el pueblo vasco es “una nación y será un Estado independiente en esa Europa moderna a la que pertenecen por derecho”. Esa será “la Europa de los pueblos” en la que participarían catalanes, vascos, escoceses, galeses, flamencos, bretones y corsos. Es decir, la promoción de luchas étnicas con ingrediente separatista.

El nacionalismo vasco, sin distinción de matices, tácticas o estrategias, reivindica un País Vasco formado por las tres provincias que integran esa Comunidad Autónoma del mismo nombre (Vizcaya, Guipúzcoa y Álava), junta a la Comunidad Navarra y a tres departamentos franceses. ETA y Batasuna pretenden internacionalizar la crisis. En 1979, los ciudadanos navarros resolvieron en referéndum constituirse en Comunidad Autónoma y no integrarse al llamado País Vasco, como demandaban los partidos nacionalistas.
El histórico Juan José Ibarretxe, líder vasco, refiere que los nacionalistas comparten el mismo principio de que “Euskadi Herria” (País Vasco) es la patria de los vascos”. Afirma que “la auténtica victoria para Euskadi Herria y para España sería lograr un acuerdo para convivir, y no imponer ni la unidad de España ni la independencia de Euskadi Herria”. Como demócrata cree que ETA es “el auténtico obstáculo para que el nacionalismo vasco pueda caminar junto si así lo desea” y pidió a ese grupo que declare “un alto el fuego definitivo de una vez y para siempre”.

¿En este segundo mandato podrá José Luis Rodríguez Zapatero frenar el avance separatistas de los vascos y otras regiones? ¿Se mantendrá la unidad española? El gran reto que el PSOE tendrá que alcanzar será propiciar la unidad entre los diversos nacionalismos en la península ibérica.


FIRMADOS Nº 051
Lima, Marzo 12, 2008

FOTO: En la Huaca El Sol y la Luna

El autor posa ante la imagen de uno de los dioses de los mochicas en la Huaca El Sol y la Luna de la ciudad de Trujillo, en el norte peruano. La cultura mochica conjuntamente con la chimú fueron pueblos aguerridos que difícilmente se sometieron a la soberanía inca.

ARTICULO: Los demócratas y la caída de un imperio

Los recientes triunfos de Barack Obama, senador por Illinois, en las primarias del estado de Mississippi y la Asamblea de Delegados del Partido Demócrata revelarían que estamos frente al posible presidente de los Estados Unidos, siempre y cuando se confirmen los resultados de las encuestas que refieren un triunfo del candidato demócrata.

Ante el desgaste político del presidente republicano George Bush, considerado como “conservador” por los estadounidenses y “liberal” para la mayor parte de países latinoamericanos, la opción demócrata es válida para ganar las elecciones de la nación más poderosa del mundo.

Los errores políticos de la administración Bush en su país y en diversas partes del mundo están cobrando altos precios en las facturas de sus representantes. El sobre endeudamiento hipotecario, la debilidad del dólar frente al euro y el ascenso del precio del barril de petróleo que bordeó los 108 dólares en el mercado de Nueva York, revelan un primer síntoma de recesión económica. Sólo el año pasado se perdieron 60,000 puestos de trabajo. Si no se toman medidas drásticas para frenar el abultado déficit fiscal incrementado por los gastos de una guerra perdida en Irak, puede producirse una nueva crisis económica como la depresión de 1929 cuando quebraron cientos de bancos, cerraron miles de empresas y creció el desempleo en todo el país.

Es conocido por todos que la intervención en Irak fue un error político que tuvo y tiene un alto costo social: cientos de soldados muertos. Las sombras de las guerras en Vietnam y Corea casi son nítidas en Irak. También el fallido ingreso en Afganistán no tuvo el resultado requerido. Sólo se generó más pobreza en esa nación musulmana, porque Osama Bin Laden sigue vivo en alguna parte del mundo y los estadounidenses continúan regresando a casa en ataúdes envueltos con la bandera de su país. También la tardía reacción para reconstruir los estados del sur devastados por la furia del huracán Katrina son hechos que desfavorecen a los candidatos republicanos.

Pero como “en política todo vale”, las primarias en los Estados Unidos adquieren relevancia en la actual coyuntura política de esa nación, donde los derechos civiles, igualdad de género, libertad religiosa, problemas de los hispanos e intervención internacional son factores que inclinarán la balanza para el “menos malo”, que al parecer está en el lado de los demócratas. Por cierto que América Latina no figura en las agendas de los candidatos.

Sea Barack Obama o la senadora Clinton, Hillary Diane Rodham, no tienen mucho que ofrecer a los hispanos residentes en los Estados Unidos. Por el contrario, se agudizaría la crisis moral de la nación por los cambios que se suscitarían. Los maltratos a los hispanos se trastocaría por la defensa de los derechos civiles de los estadounidenses. Se incrementará la promoción de divorcios y abortos en desmedro de la unidad familiar. La promoción de los matrimonios gays ganaría terreno frente a las voces solitarias de la ética y moral cristiana. Hasta la consabida libertad religiosa sería una fuente para fomentar nuevos estilos de vida distintos a las creencias cristianas bíblicas practicadas por muchos años en Occidente.

En la historia de la humanidad, los grandes imperios no cayeron por las fuerzas bélicas de sus oponentes, sino que previamente la corrupción y anarquía moral de sus habitantes fue aniquilando a sus propios estados. Así cayeron los asirios, egipcios, griegos, romanos, turcos e ingleses. Y los Estados Unidos no serán la excepción.

Al parecer, Washington está perdiendo el paso frente a la robusta Unión Europea liderada por unificada Alemania. Cede también ante el gigante chino que cada día ingresa a los diversos mercados del hemisferio americano impulsado por la experiencia comercial de Hong Kong y su socio natural India, nueva potencia económica en el Tercer Mundo. “Chindia” es ya una realidad en la economía mundial.

Los Estados Unidos también pierden terreno ante el laborioso Japón seguido por los “Tigres Asiáticos” (Corea del Sur, Singapur y Taiwán) y los nuevos “Dragones del Asia” (Tailandia, Filipinas, Indonesia y Malasia). La inscripción en sus monedas “In God we trust” (En Dios confiamos) es sólo historia.

FIRMADOS Nº 050
Lima, Marzo 12, 2008

Wednesday, March 05, 2008

FOTO: Conferencista en Educación

La experiencia en los medios de comunicación y su paso por la docencia, permitió que el autor participe como expositor en diversos certámenes sobre el tema educativo. En la foto observamos de izquierda a derecha a Héctor Kuga Carrillo, Juan Portugal, el autor, Walter Choquehuanca, Miguel Velarde y Miguel Velapatiño.

ARTICULO: Democracia y subversión en América Latina

La muerte de Raúl Reyes, subjefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) en territorio ecuatoriano sigue causando más de un malestar en diversos gobiernos de América Latina, ocasionando una crisis política en la región.

Si bien es cierto que el gobierno colombiano violó la soberanía e integridad ecuatoriana con la finalidad de eliminar a un grupo terrorista de las FARC, también es real que la presencia física de esos subversivos colombianos en territorio ecuatoriano, con presunto apoyo financiero del gobierno venezolano, es un atentado contra la paz y democracia regional.

Cuesta creer que mientras gobiernos elegidos democráticamente luchen por el establecimiento de los derechos democráticos de sus ciudadanos, existan regímenes autoritarios que patrocinen y financien actividades criminales de grupos alzados en armas. Las FARC conjuntamente con el ELN (Ejército de Liberación Nacional) son grupos aliados al narcotráfico y son los principales desestabilizadores de la democracia colombiana desde hace más de 40 años. Secuestran políticos, empresarios y extranjeros con la finalidad de intercambiarlos por subversivos presos

El Perú ha vivido de cerca la amarga experiencia de tener grupos terroristas como Sendero Luminoso y el mal llamado Movimiento Revolucionario “Túpac Amaru” que causaron la muerte de más de 25,000 personas durante aproximadamente doce años. Resultado de esa lacra social son los miles de peruanos asesinados, falta de energía eléctrica en diversos pueblos de la sierra, niños huérfanos, pueblos arrasados por la violencia política, inmigración campesina, empresas y colegios cerrados, falta de inversión social, y desorden social.

Detrás de la actual crisis política en América Latina hay otras cosas que están en juego. La democracia tiene un nuevo reto por sortear. El general peruano Eloy Ureta solía decir que “las ideas no se imponen, sino se exponen”. Reconocemos que hubo violación de la soberanía ecuatoriana por parte de Colombia, pero rechazamos al mismo tiempo la sombría actitud de los gobiernos de Ecuador y Venezuela por auspiciar la presencia de grupos narco-terroristas, principales desestabilizadores de la democracia en América Latina.

Los gobiernos latinoamericanos, elegidos democráticamente, deberán cerrar filas contra quienes solo pretenden crear el caos y el desorden en la región. Y en el Perú, los peruanos deben rechazar a quienes profesan falsos nacionalismos, provocando la violencia callejera, toma de carreteras, incendios de comisarías, oposición al desarrollo minero, violación de la propiedad privada, ataques a buses interprovinciales y destrucción de la propiedad pública.


FIRMADOS Nº 049
Lima, Marzo 5, 2008