Con la
institución norteña se inicia también el sistema de cajas municipales de ahorro
y crédito, siendo mentor y pionero durante más de 30 años, Pedro Pablo Talledo
Coronado, ahora gerente general de la Cooperativa Santa Isabel. Debemos
destacar que, en este esfuerzo, participaron instituciones señeras en
experiencia y conocimiento de las microfinanzas mundiales como la antigua
Agencia de Cooperación Técnica GTZ (Gesellschaft Technische Zusammenarbeit) de
Alemania, institución que mantuvo un convenio de cooperación técnica con la
Municipalidad Provincial de Piura para capacitar y compartir experiencias con
ejecutivos peruanos.
Aunque
debemos reconocer que ya había en el país, experiencias populares de algunas
cooperativas y organizaciones no gubernamentales de desarrollo como el IDESI
(Instituto de Desarrollo del Sector Informal) que entonces dirigía Susana
Isabel Pinilla Cisneros.
El trabajo
de la antigua GTZ fue clave en la formación de la Caja Piura y demás cajas
municipales que nacieron en la década de los ochenta. En la actualidad, la GTZ
está fusionada desde enero de 2011 con la Agencia Alemana de Desarrollo Internacional
y la Sociedad para la Formación y el Desarrollo, ambas de Alemania, que ahora
forman la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional para el Desarrollo
(Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit, conocida por las siglas GIZ en
alemán).
MICROFINANZAS
Las
microfinanzas son una herramienta de desarrollo social que tiene por finalidad
combatir a la pobreza en general. Microfinanzas no es un concepto académico, ni
finanzas “en pequeño”. Tiene su propia dinámica y singular tecnología, muy
distinta a la de los bancos comerciales, aún en su naturaleza y finalidad.
A las
microfinanzas se les llama también industria microfinanciera por sus
instituciones (Industria o “institución” Micro Financiera – IMF), pero no es
manufactura, aunque puede desarrollarse en ese ámbito. Son procesos que deben
cumplirse en los tiempos establecidos y con metas fijadas con antelación. Por
tener procesos, se aproxima al desempeño de gestión basado en el buen gobierno
corporativo.
Tiene
canales de financiamiento en dos sentidos. Primero, están los proveedores de
líneas de fondeo que canalizan recursos hacia una entidad microfinanciera, y
ésta a su vez, lo hace mediante las colocaciones a los empresarios o
emprendedores con negocio.
La IMF
utiliza diversos procesos de medición como indicadores del desarrollo
crediticio, empresarial y gestión. Al usar procesos, también se entiende que
hay riesgos que asumir, razón por la cual, aparece otro actor clave en las
microfinanzas. Se trata de metodologías (en algunos casos hasta software) de
administración de riesgos empresariales (Crediticios, financieros, operativos,
estratégicos etc.). De todos los riesgos, el reputacional en los estratégicos
es demoledor si no se administra adecuadamente.
Las
microfinanzas como herramienta social están expuesta ante posibles riesgos
(siniestro si se produce el riesgo), muchos de los cuales están en la misma
organización, cuyos responsables son las personas. De ahí que la adecuada
aplicación de controles internos es fundamental para una transparente gestión.
La auditoría y la supervisión son válidas en esta parte. Todas las
instituciones microfinancieras son supervisadas por la Superintendencia de
banca, Seguros, Administradoras de Fondos de Pensiones, y Cooperativas (SBS),
Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) y
algunas, en el caso de las cooperativas de ahorro y crédito, por la FENACREP.
Incluso, las auditorías externas para las organizaciones no supervisadas son
primordiales para acceder a mayores fuentes de financiamiento, como el caso de
las organizaciones no gubernamentales.
La industria
microfinanciera por ser de naturaleza financiera tiene normas de regulación
establecidas por la SBS. Por ejemplo, las normas de Basilea son aplicables a
ciertas IMF, muchas veces fuera del alcance de las mismas. Controvertida norma,
pero real para la industria microfinanciera.
Las
microfinanzas en el Perú han desarrollado sus propias metodologías que la hacen
diferentes de IMF de otros países. Cada metodología es propia de cada país y de
cada organización. No es lo mismo, la metodología de una caja municipal que la
de un “banco comunal” de una ONG. Una Edpyme difiere mucho de una financiera o
cooperativa de ahorro y crédito.
También las
tecnologías de la información son distintas. Un cajero corresponsal de una caja
municipal es diferente al de un banco comercial, no sólo por el costo del mismo,
sino por los servicios que se brinda. Hasta los softwares son distintos. Por
supuesto, ahora con la transformación digital, existen diversos aplicativos y
monederos electrónicos.
Aunque
algunas IMF como las cajas municipales se han acercado mucho a la banca
tradicional, y ésta a su vez se ha aproximado a las microfinanzas, el
“microcrédito” sigue siendo el principal producto de bandera de la industria
microfinanciera. No sólo se diferencia por la tasa de interés, sino que es un
producto que sigue estando aún en el ámbito de las microfinanzas. Los bancos
rara vez podrán acercarse al microcrédito por los costos operativos que
representa.
Dada la
realidad del país, las IMF elaboran productos financieros propios que van desde
los microcréditos y microahorros hasta los microseguros. Algunas ONG
desarrollan bancos comunales exitosos y ciertas cajas municipales se orientan a
los créditos solidarios o rurales, por ejemplo.
COLABORADORES
Los recursos
humanos son fundamentales en el desarrollo y éxito de las IMF. En estos tiempos
que hay una sobre oferta de créditos por el exceso de liquidez y
limitaciones para colocar esos fondos por la pandemia, los analistas de crédito
desarrollan criterios acordes con la realidad del mercado, pero también de la
institución. Un analista de las IMF es una persona capacitada que sabe
perfectamente a quien otorga un crédito. El problema viene cuando algunos
“analistas” sin experiencia o presionados por las metas que deben cumplir
empiezan a otorgar créditos a discreción sin una evaluación rigurosa.
Celebramos
el aniversario de la Caja Piura, la primera caja municipal de ahorro y crédito
en el Perú, pero al mismo tiempo, el inicio del sistema CMAC y, por supuesto,
de las microfinanzas formales en el país.
Si bien es
cierto que un cuatro de enero de 1982 inició sus operaciones la Caja Piura con
sólo seis trabajadores y con un capital aproximado de US$ 82,000 aportados por
la Municipalidad Provincial de Piura, también es real que es el inicio del
sistema de las instituciones financieras agrupadas ahora en la Federación
Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito (FEPCMAC) que preside Fernando
Ruiz-Caro Villagarcía, también presidente de la Caja Cusco.
En la actualidad,
la Caja Piura es presidida por la economista Mercedes Franco de Heck, quien
representa a la Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE). La gerencia
mancomunada está integrada por Marcelino Encalada Veira, gerente central de
Negocios; Edgar Javier Morante Núñez, gerente central de Administración; y Omar
Crespo Delgado, gerente central de Innovación Estratégica.
FIRMADOS № 256
Enero 2022, Lima, PERU
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