Thursday, July 30, 2009

¿QUÉ LE FALTÓ AL MENSAJE PRESIDENCIAL?

"Fue un excelente mensaje" dicen unos, "le faltó tal tema" afirman otros, mientras que los medios de comunicación siguen difundiendo diversos ángulos del mensaje del presidente del Perú, Alan García Pérez, el pasado 28 de julio, aniversario de esa nación andina que recordó los 188 años de vida republicana.

No es fácil para el gobernante incaico, quien a mitad de su segundo mandato, intenta "borrar" los desaciertos de la primera administración (1985 - 1990) del entonces joven diputado de 36 años de edad que llevó al poder al principal partido político del Perú, el Partido Aprista Peruano, fundado por el ideólogo Víctor Raúl Haya de la Torre, una de las mentes más lúcidas de América Latina conjuntamente con los peruanos José Carlos Mariátegui y José de la Riva Agüero.

Queremos analizar parte del mensaje a la luz de las Sagradas Escrituras. El jefe de Estado se refirió a ciertos elementos de justicia social, que por cierto no goza la mayoría en el país que cada vez se polariza más. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Esa justicia social "redistributiva" debe ser más que un enumerado de buenas intenciones. La justicia social que habla la Biblia es aquella que prioriza el bienestar social en lugar del individualismo barato que cada vez envilece más al hombre.

El presidente insistió en promocionar más las inversiones públicas con la finalidad de preservar el empleo y reactivar la demanda interna. Eso es cierto, pero la reactivación de la demanda interna (mayor producción y comercialización) supone una coyuntura favorable, interna y externamente, En la Biblia también encontramos principios de producción óptima. El 30, 60 y 100 por ciento de la producción de la semilla que cayó en buena tierra es uno de ellos. La parábola de Jesús es clarísima. La semilla cayó en buena tierra y por lo tanto tenía que producir, pero el resultado dependería de la "gestión del operador". Eso en economía bíblica es reactivación de la demanda interna.

Desde esta perspectiva, la gestión es clave para el cumplimiento de los objetivos y desarrollo social. Cualquier programa podría servir si la gestión es la adecuada. Las Escrituras nos relatan las experiencias de José, Salomón y Daniel, eximios hombres de Dios, pero también excelentes funcionarios públicos. Podríamos mencionar en nuestros tiempos que José como jefe de gobierno, Salomón como presidente y Daniel como primer ministro tenían como común denominador, la buena gestión.

Bueno, el mensaje probablemente tuvo muchas falencias, pero la vida se encargará de rectificar errores o reforzar los aciertos. Sumemos y no restemos.

Un gobierno que "administra" la vida y los bienes, vía impuestos, de 28 millones de personas requiere hombres íntegros, que no solamente estén dispuestos a aportar su experiencia, sino también su ejemplo de vida. La solución no está en los gerentes públicos que tanto se ha promocionado, sino en la calidad de vida de las personas. Ya tenemos la experiencia de gente con saco y corbata, con estudios de postgrado, que han incurrido en malos manejos públicos y también en la actividad privada. Gestión, pero con respaldo de la vida misma.

Parte del problema que tienen las regiones y gobiernos locales que no pueden gastar los presupuestos asignados, no sólo se debe a la falta de adecuados expedientes técnicos y proyectos de inversión, sino en actos de corrupción, que dicho sea de paso, tampoco se mencionó en el mensaje presidencial.

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