Con la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos por parte de la Cámara de Representantes de ese país, el Perú ingresa a una nueva etapa en su vida económica. Aunque falta la ratificación del senado estadounidense, el TLC es ya una confirmación para esa nación andina, cuna del gran imperio incaico y capital del nuevo mundo durante casi tres siglos de dominio español.
Aunque el TLC entrará en vigencia a mediados del 2008 como Acuerdo de Promoción Comercial, urge que las empresas peruanas se preparen para ingresar al principal mercado del mundo con 300 millones de potenciales compradores con per cápita superiores a los US$ 37,000 y alta capacidad adquisitiva, frente al per cápita de sólo US$ 2,900.00 de los 28 millones de peruanos.
Como el Perú es una economía en crecimiento, el TLC es la gran oportunidad que tienen las pequeñas empresas para promocionar sus diversos productos que tienen, incluyendo los servicios y destinos turísticos. De ahí que los sectores público y privado deben impulsar a la industria microfinanciera como herramienta básica para luchar contra la pobreza. Mucho se dice de las ventajas para las grandes empresas, pero ellas no necesitan TLC ni ATDEA porque para hacer negocios no requieren acuerdos particulares porque ya tienen mercados cautivos.
La gran oportunidad es para las pequeñas y medianas empresas. Es tiempo que el mundo consuma productos peruanos como el yacón, aceituna, alcachofa, espárragos, uvas, cerámica, platería, maderas, paiche, metalmecánica, peces ornamentales, entre otros productos, que precisamente están en manos de pequeñas empresas productoras y comercializadoras.
Por cierto que el TLC también generará nuevas inversiones porque permitirá que las corporaciones extranjeras lleguen con mayores inversiones. En la actualidad el Perú tiene un superávit comercial de los Estados Unidos por encima de los US$ 3,000 millones, razón por la cual el TLC siempre será favorable por la sencilla razón que los productos peruanos tendrán acceso preferencial para no pagar aranceles.
Entre los criterios básicos de la agenda pendiente de la administración del presidente Alan García no debe faltar la capacitación y asesoría a las pyme a fin de conformar cadenas productivas y alcanzar grandes cantidades de productos exportables. Esta práctica permitirá también que el gobierno fomente la inversión social y para ello se debe generar una política de inclusión, criterio basado en la educación para todos, desarrollo de infraestructura para ser competitivos y acceso a la salud.
Desde esta perspectiva, la seguridad jurídica es clave para la captación de nuevos capitales, ofreciendo excelentes oportunidades para evitar que las inversiones se orienten hacia China e India, países que están recibiendo inversiones de todo el mundo. El futuro ya se conoce. El mundo será menos occidental y cada vez más oriental, donde los negocios internacionales se irán donde encuentren facilidades para invertir.
Esta oportunidad también debe generar una nueva concepción laboral. La competitividad no depende del tamaño de la empresa, sino de la capacidad de gestión. Todo está basado en la confianza de las personas (proveedores, clientes, operadores, trabajadores, empresarios, etc.), virtud que debe generar transparencia financiera, responsabilidad empresarial, defensa del medio del ambiente, certificaciones de calidad, cumplimiento de derechos laborales, buenas prácticas de gobierno corporativo, etc. Las empresas de vanguardia están aseguradas con ventas a futuro mediante acuerdos comerciales como el TLC.
FIRMADOS Nº 040
LIMA, Noviembre 9, 2007
Aunque el TLC entrará en vigencia a mediados del 2008 como Acuerdo de Promoción Comercial, urge que las empresas peruanas se preparen para ingresar al principal mercado del mundo con 300 millones de potenciales compradores con per cápita superiores a los US$ 37,000 y alta capacidad adquisitiva, frente al per cápita de sólo US$ 2,900.00 de los 28 millones de peruanos.
Como el Perú es una economía en crecimiento, el TLC es la gran oportunidad que tienen las pequeñas empresas para promocionar sus diversos productos que tienen, incluyendo los servicios y destinos turísticos. De ahí que los sectores público y privado deben impulsar a la industria microfinanciera como herramienta básica para luchar contra la pobreza. Mucho se dice de las ventajas para las grandes empresas, pero ellas no necesitan TLC ni ATDEA porque para hacer negocios no requieren acuerdos particulares porque ya tienen mercados cautivos.
La gran oportunidad es para las pequeñas y medianas empresas. Es tiempo que el mundo consuma productos peruanos como el yacón, aceituna, alcachofa, espárragos, uvas, cerámica, platería, maderas, paiche, metalmecánica, peces ornamentales, entre otros productos, que precisamente están en manos de pequeñas empresas productoras y comercializadoras.
Por cierto que el TLC también generará nuevas inversiones porque permitirá que las corporaciones extranjeras lleguen con mayores inversiones. En la actualidad el Perú tiene un superávit comercial de los Estados Unidos por encima de los US$ 3,000 millones, razón por la cual el TLC siempre será favorable por la sencilla razón que los productos peruanos tendrán acceso preferencial para no pagar aranceles.
Entre los criterios básicos de la agenda pendiente de la administración del presidente Alan García no debe faltar la capacitación y asesoría a las pyme a fin de conformar cadenas productivas y alcanzar grandes cantidades de productos exportables. Esta práctica permitirá también que el gobierno fomente la inversión social y para ello se debe generar una política de inclusión, criterio basado en la educación para todos, desarrollo de infraestructura para ser competitivos y acceso a la salud.
Desde esta perspectiva, la seguridad jurídica es clave para la captación de nuevos capitales, ofreciendo excelentes oportunidades para evitar que las inversiones se orienten hacia China e India, países que están recibiendo inversiones de todo el mundo. El futuro ya se conoce. El mundo será menos occidental y cada vez más oriental, donde los negocios internacionales se irán donde encuentren facilidades para invertir.
Esta oportunidad también debe generar una nueva concepción laboral. La competitividad no depende del tamaño de la empresa, sino de la capacidad de gestión. Todo está basado en la confianza de las personas (proveedores, clientes, operadores, trabajadores, empresarios, etc.), virtud que debe generar transparencia financiera, responsabilidad empresarial, defensa del medio del ambiente, certificaciones de calidad, cumplimiento de derechos laborales, buenas prácticas de gobierno corporativo, etc. Las empresas de vanguardia están aseguradas con ventas a futuro mediante acuerdos comerciales como el TLC.
FIRMADOS Nº 040
LIMA, Noviembre 9, 2007
1 comment:
A mi me parece que el TLC es una oportunidad para que el peru mejore en cuanto a su economica, pero mi inquietud es , ¿que pasaria si los PYMES no estan preparados para el TLC en cuanto a economicamente "CAPITAL" o a operacionalmente , osea que hara en este caso el gobierno , ya tiene algun plan de trabajo para apoyar a estas empresas quizas alguna preparacion a los lideres empresariales para estar listos para este tratado de bastante embergadura?, ya que las empresas de mayor inversion y capital , a mi punto de vista no tienen dificultad en cuanto a enviar sus productos al exterior, ya que el poderio que los caracteriza les brinda ese privilegio.
A espera de sus comentarios.
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