Wednesday, April 18, 2007

Vincent van Gogh, el pintor creyente

El gran poeta chileno, Premio Nobel de Literatura 1971, escribió en su notable obra Poema Veinte: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche y escribir por ejemplo: La noche está estrellada y tiritan azules a los lejos las estrellas ...”
El poema del eximio bardo, nos recuerda el cuadro “Noche estrellada”, del pintor neo-impresionista, Vincent van Gogh, nacido en 1853 y recordado ahora por la similitud que hay entre una de sus pinturas y una estrella en expansión tomada por la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos (NASA), mediante el telescopio espacial Hubble.
Efectivamente, los científicos que utilizan el telescopio Hubble encontraron semejanzas entre la imagen de la estrella y el cuadro del artista holandés pintado en 1889, quien utiliza “espirales” en sus trabajos, casi todos relacionados con la naturaleza. El cuerpo celeste también posee espirales de polvo, nunca vistos a lo largo de billones de kilómetros del espacio interestelar.
Pero qué semejanzas puede haber entre un fenómeno astral y la pintura de van Gogh. “Noche estrellada” representa un cielo nocturno sobre una aldea adormilada, predominantemente azul, mientras que las fotos tomadas por el Hubble de la super estrella, denominada “V838 Monocerotis”, revela un centro de color rojo brillante rodeado por chispas de polvo interestelar gris.
Según la NASA, la estrella arrojó hace dos años un halo de luz parecido a un enorme flash de cámara fotográfica y el Hubble la había estado observándola desde entonces, captando una serie de imágenes que muestran la expansión de la luz a través del polvo que rodea la estrella.
La estrella roja está situada a unos 20,000 años-luz de distancia de la tierra, en la dirección de la constelación Monoceros (El Unicornio), en el borde exterior de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Un año-luz es la distancia que la luz viaja en un año, que equivale a unos 10 billones de kilómetros.
VIDA DEL ARTISTA
Vincent van Gogh realizó más de 800 cuadros en nueve años como pintor. Eso demuestra que la obra de este genio de la pintura es encomiable. En sus bodegones, retratos y paisajes procuró tener el máximo de intensidad y de vibración.
Su nombre completo fue Vincent Willem van Gogh y nació el 30 de marzo de 1853 en la ciudad holandesa de Groot Zunder, en el seno de una familia de clase media. Su padre Theodorus van Gogh, era un pastor protestante y su madre Anna Cornelia Carbentus pertenecía a una importante familia de encuadernadores. Sus tíos paternos se dedicaban al comercio de obras de arte y fueron fundadores de la sucursal holandesa de la prestigiosa firma Goupil.
Hay quienes creen que su formación cristiana influyó notablemente en su obra, de ahí el binomio naturaleza-artista. Su temprana lectura de la Biblia, según sus biógrafos, fue determinante en el estilo y motivo de sus obras.
Inició sus estudios en 1861 y destacó en el aprendizaje de inglés, alemán y francés. Sin embargo, abandonó repentinamente el instituto donde estudia y regresa a su casa. A los 16 años empieza a trabajar en la galería Goupil, fundada por su tío en La Haya.
Allí se vendían preferentemente obras de artistas holandeses contemporáneos, todos pertenecientes a la conocida Escuela de La Haya, que tenía sus raíces en el paisaje realista del barroco con Jacob van Ruysdael como principal protagonista. También se comercializaba obras de la Escuela francesa de Barbizon, origen del Impresionismo. En Barbizon residió un grupo de pintores paisajistas célebres franceses como Camilo Corot, Narciso Díaz de la Peña (de origen español), Juan Francisco Millet y Teodoro Rousseau.
Esa fusión de escuelas artísticas, más su formación bíblica de la naturaleza, fueron el abono que tuvo el joven Vincent para lo que después se conocería como el “post impresionismo”, que fue un movimiento artístico posterior al impresionismo. Esta última tendencia era una forma de arte que consiste en expresar la impresión que produce un objeto más que su realidad. Su nombre viene del cuadro “Impresión” del francés Claudio Monet (1840-1926), que fue el más notable paisajista del impresionismo.
PASIÓN DEL ARTISTA
Durante los cuatro años que Van Gogh estuvo en La Haya aprendió los pormenores del negocio de obras de arte, pero ya sentía admiración por Juan Francisco Millet, pintor paisajista francés, que pintó escenas campestres de admirable sinceridad y emoción como “Las Segadoras” y “El Ángelus”. Se le considera el padre de la nueva pintura francesa.
En esos años, Anton Mauve, uno de los miembros de la Escuela de La Haya, contrae matrimonio con una de las tías de van Gogh, quince años mayor que su marido, convirtiéndose Mauve en el primer mentor artístico del joven Vincent.
En 1873 Vincent se traslada a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil en la capital británica. Su primer año allí será de entera felicidad, apreciando la pintura de John Constable y Guillermo Turner, y afirmando su admiración por la pintura holandesa contemporánea.
Parece que su primera crisis emocional fue motivada por el rechazo sentimental de la hija de su patrona, la joven Ursula Layer, de quien se había enamorado profundamente. El deterioro físico y psíquico de Vincent fue tal que se le trasladó a la oficina de París por un periodo de tres meses. Vincent se volcó en la religión tras su fracaso amoroso, convirtiéndose en un hombre extraño.
En julio de 1876 se instala en las cercanías de Londres, formando parte de una escuela metodista cuyo director le anima a impartir clases de ética y a predicar la Palabra de Dios. Durante las Navidades de ese año regresa a Holanda y su padre le convence para que se quede en casa.
En 1877 inicia un nuevo trabajo en una librería de Dordrecht gracias a la recomendación de su tío. Vive solo y no le interesa el trabajo por lo que pretende matricularse en la Facultad de Teología de Amsterdam en dos ocasiones sin obtener resultados positivos. Tras nuevos intentos fracasados, su padre consigue que se le otorgue un acuerdo para permanecer por un período de seis meses como predicador a prueba en el sector de Masnes, en la región belga de Borinage. Durante tres años estará Vincent trabajando con comunidades mineras, renunciando a sus escasas pertenencias para vivir como ellos. Ya entonces empieza a contar con la colaboración económica de su querido hermano Theo, quien trabaja en la central de Goupil en París. Esta dependencia económica se mantendrá durante el resto de la vida de Vincent.
Con el transcurrir de los años, conoce a una prostituta embarazada que tenía un hijo llamada Sien Hoornik, de quien se siente atraído. Esta experiencia lo motiva a realizar su primer óleo: “Muchacha bajo los árboles” en tonos oscuros siguiendo a la próspera Escuela de La Haya. Sien será su modelo en múltiples dibujos. Pero la relación Vincent-Sien se agota y el pintor regresa a la casa paterna, ahora en Nuenen.
Theo continúa su apoyo económico como anticipo de las ventas de unos cuadros que nunca se venderán. Vincent dirá a este respecto: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente se dará cuenta de que tiene más valor de lo que cuestan las pinturas". Los dos años pasados en Nuenen (1883-1885) se culminan con la obra “Campesinos comiendo patatas”.
Muerto su padre en abril de 1885, Vincent se siente más libre y en otoño se traslada a Amberes donde contempla los espectaculares retablos de la catedral ejecutados por Pedro Pablo Rubens, iniciando un aclarado de su paleta. La pintura de Eugenio Delacroix también llamará su atención en estas fechas. Vincent tiene cada vez más claro que debe continuar su aprendizaje en París, donde se traslada por sorpresa en marzo de 1886. En la capital del arte del siglo XIX permanecerá por un período de dos años; primero se matricula en la escuela de Ferdinand Cormon para pintar modelos vivos. Allí conocerá a Toulouse-Lautrec, poniéndose en contacto con los impresionistas.
Este nuevo movimiento artístico sirve a Vincent de punto de partida, aunque piensa que Millet ha hecho más por la pintura que Manet. También inicia ciertos experimentos con el “puntillismo”, conociendo de esta manera a Edgar Degas, interesándose por la figura humana. Pero la atención de Vincent se centra en sus contactos con los jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el Impresionismo. Ambos artistas influirán mucho en la obra de Vincent, que empieza a pensar en la creación de una comunidad de artistas.
El contacto de Vincent con Paul Gauguin se inicia en el otoño de 1886. Entre ambos surgió un respeto mutuo, creciendo la admiración de Van Gogh hacia Paul a medida que pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte la idea de constituir una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo mutuo. En febrero de 1888 Vincent se traslada al sur de Francia, a Arles, buscando su lugar de escape, su Japón del Sur como él denominaba a la ciudad mediterránea.
Luego Vincent recibe la noticia que su hermano Theo va a ser padre, deseando que el pintor sea el padrino del futuro bebé. El 31 de enero de 1890 Johanna da a luz un niño al que se llamará como su tío, Vincent Willen. La noticia llena de alegría al pintor, que también se entera de la primera compra de un cuadro suyo, “El viñedo rojo” por parte de Anne Boch. En mayo de ese año viaja a París para conocer a su sobrino, pasando tres días en la ciudad y luego parte para Auvers, alojándose en una pensión primero y después en un Café.
Finalmente, sufre una fuerte emoción por la enfermedad del pequeño Vincent. Se agobia por ser una carga para su hermano. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura contemporánea, que según se afirma se suicidó. Su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise
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